máLAGA CF

De minivacaciones

  • José González otorga dos días de descanso a la plantilla, que volverá a los entrenamientos el lunes por la tarde

  • Quedó en espejismo la doble sesión con la que arrancó su andadura

José González, durante un entrenamiento de este mes de marzo.

José González, durante un entrenamiento de este mes de marzo. / javier albiñana

Lo importante no es el qué, sino el cómo. Cómo caer. El Málaga está en el pozo, en una situación en la que ni las cábalas más ambiciosas pueden hacer que algo cambie. Es utópico pensar en la salvación aunque las matemáticas sigan insistiendo, pero ya sabemos que no siempre uno más uno son dos. Desde todos los departamentos del club se piensa ya en una próxima temporada en la que se deberá adaptar todo a la nueva realidad en Segunda División. En esas, el cómo acaba la presente temporada el Málaga puede hacer que el barco no termine de hundirse, que al menos aguante a flote hasta que termine este tedioso curso.

"Lo que depende de mí es preparar con la máxima profesionalidad el siguiente partido ante el Villarreal e intentar dar una alegría a la afición en nuestro campo. El destino nos pondrá donde nos merezcamos, pero creo que merecemos bastante más", proclamaba José González en su última rueda de prensa, tras el 0-0 que cosechó en Balaídos ante el Celta de Vigo. Era una declaración de intenciones: trabajo y más trabajo. Es lo que el técnico gaditano ha ido prometiendo desde su llegada. Basar una remontada, voltear la situación, desde el trabajo en cada entrenamiento. Hoy el equipo descansará, al igual que mañana, y no volverá a los ejercicios hasta la tarde del lunes. Dos días y medio de minivacaciones.

No encaja. No se entiende el descanso viendo la situación del club aunque hayan sido prácticamente dos semanas sin competición por el parón de selecciones -son 13 días desde el partido en Balaídos al próximo ante el Villarreal en La Rosaleda el 1 de abril-. De hecho, el equipo ya descansó esta semana. Lo hizo el lunes tras el partido ante los vigueses, un patrón habitual en las últimas semanas de José González cuando no se ha dado jornada intersemanal. De hecho, ayer, tras los partidillos ante el Atlético Malagueño y el Juvenil A, los titulares en estos enfrentamientos realizaron una carga de trabajo muy inferior al resto de compañeros.

Desde un punto de vista metodológico, pactados con el calendario en la mano desde la llegada de José González, los descansos se pueden llegar a entender. Todos los jugadores necesitan descanso para no sobrecargar los ciclos de ejercicios que realizan en cada entrenamiento. Hasta ahí, todo correcto. Eso sí, lejos queda ya el arranque del gaditano, donde ni 24 horas después de su rueda de prensa, puso a sus jugadores a correr en una doble sesión, mañana y tarde. Fue la carta de presentación del técnico con la que avisaba que el trabajo iba a ser su bandera. Pero quedó en espejismo. Una semana y dos meses después, ni una más. Si vio carencias físicas en sus jugadores a su llegada se disiparon tras la primera toma de contacto.

Al Málaga de José González, dejando atrás el de Míchel, se le ha podido ver algún déficit físico a lo largo de este 2018. Los bajones en las segundas partes de la primera vuelta eran habituales y no terminaron de desaparecer con el gaditano.

Volviendo al cómo, el cómo acabar la temporada, esta última decisión del técnico no ayuda a que cambie algo. Proclamó el trabajo pero este no llegó ni en las formas. El equipo mutó al repligue y la contra y pese a que pudo funcionar -plantando cara a rivales teóricamente superiores, algo que ha reiterado numerosas veces José-, los tres puntos que ha sumado el equipo desde el 15 de enero dejan claro su aportación y éxito. Contentar a la plantilla con descanso ya lo intentó Míchel, el gaditano solo repite un sistema errático que ya ha condenado al Málaga a la Segunda División.

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