La situación del Málaga no es dramática, pero tampoco idílica. Va a recibir más de 19 millones de LaLiga por ayuda al descenso y va a tener un presupuesto histórico (el más alto de la categoría). Sin embargo, todo esto contrasta con una realidad compleja en la que a pesar de ello la plantilla actual es insostenible. Más allá de lo que piensen Caminero y Muñiz de los jugadores, ahora mismo el club no se ajusta a los parámetros de LaLiga en términos económicos.

El club se pasaría a día de hoy en varios millones de euros de los números que establece LaLiga en cuanto a equilibrio salarial, lo que traducido resulta algo que es un secreto a voces: hay que aligerar la plantilla. Primero, por esta cuestión. Segundo, porque muchos no entran en los planes del director deportivo y del entrenador en términos estrictamente deportivos.

Existe un problema añadido, hay un overbooking evidente por la cantidad de futbolistas que tienen contrato en vigor. Mientras no se desatasque la Operación Salida, los fichajes están comprometidos. El bloqueo actual, deslizan desde Martiricos, impide que se concreten diversas incorporaciones (hay varios casos que están muy avanzados).

La postura de la cúpula del club, encarnada en la figura de Joaquín Jofre (director general en la sombra), también es clara. Para que entren nuevos futbolistas en la nómina del Málaga, otros tienen que salir primero.

Se esperan avances en este sentido en los próximos días. Hay ofertas por algunos futbolistas del Málaga, varios coinciden con los pocos que cuadran a técnicos, pero es la ley del mercado. Otros esperan a que en el club alguien (bien Caminero, bien Muñiz) les diga claramente que no cuentan con ellos.