Los que no hayan olvidado el primer paso de Juande Ramos por Málaga recordarán que aquel inicio, tal y como sucede actualmente, no fue fácil. La sombra de Peiró resultó demasiado alargada en las primeras jornadas, la tarea de relevar su legado no era sencillo. Aquella plantilla, renovada como la presente, no fue capaz de asimilar con celeridad los conceptos del manchego y firmó un único punto en los primeros tres encuentros, siendo aquel el peor inicio de Juande en España.

Ahora, casi tres lustros después, se repiten parte de los capítulos de aquella primera andadura de Juande. La afición vio marcharse a un entrenador (entonces Peiró, ahora Gracia) con el que había generado empatía. La plantilla fue sometida a una profunda renovación, mucho más importante en cuanto a nombres que la de esta temporada. De un plumazo se marcharon hombres clave como Contreras, Roteta, Sandro, Dely Valdés o Darío Silva; demasiado para iniciar la liga con las bases sentadas.

El empate en casa en la primera jornada ante el Villarreal fue el único punto logrado en los tres primeros envites. Después llegaron dos derrotas por la mínima a domicilio frente al Valladolid y Valencia. Juande igualaba así su peor arranque histórico, ocurrido apenas un año antes en su frustrado paso por el Espanyol. Además, aquel Málaga se dio de frente en la cuarta jornada con un Real Madrid que asestó la tercera derrota del año al conjunto blanquiazul.

En la actualidad y, después de tres fechas ligueras, el Málaga carece de la esencia del sello de Juande Ramos tanto como el de la 2003/04. El preparador de Pedro Muñoz confió en un mismo once para las dos primeras citas, para rotar una vez llegó la tercera. Mismo patrón que esta temporada, en la que los cambios de jugadores (y esquema) se vieron el sábado ante el Villarreal. La fragilidad defensiva y la falta de control en el centro del campo fueron un importante hándicap para el cuadro de Martiricos.

Por tanto, se puede decir que Juande se supera a sí mismo en su retorno a la Costa del Sol, aunque el bagaje resulta a todas luces insuficiente. Si bien el manchego en aquel verano de 2003 se encontró con el listón de encabezar un equipo cuartofinalista de la UEFA, en éste fue el propio Juande el que señaló directamente el objetivo el día de su presentación. "Todo lo que no sea pensar en Europa se nos va a quedar cortó", señaló el manchego en su vuelta a La Rosaleda. Y ese ambicioso mensaje persigue de momento al entrenador blanquiazul, pendiente de sumar los primeros tres puntos del año ante Las Palmas.

El encuentro ante los de Quique Setién será una prueba de fuego para este Málaga, que visitará el estadio de uno de los conjuntos más en forma de la liga. No obstante, el equipo de Gran Canaria asombró a más de uno en sus dos primeros compromisos y sólo dos jugadas aisladas evitaron que sacara algo positivo de su visita al Pizjuán.

Por su parte, Juande Ramos tiene mucho en lo que incidir, el margen de mejora es tremendo. Sobre todo en defensa, donde el equipo está dejando muchas dudas. Y aquí hace falta resaltar que el manchego tiene claro que los problemas no vienen producidos únicamente de la línea de atrás, sino que es el entramado defensivo el que falla. Ante el Villarreal, el Málaga sólo fue capaz de robar con acierto y salir a la contra en los primeros 20 minutos de Juande. Ahí se vio parte de las señas de identidad que pretende implantar el entrenador blanquiazul, pero la gasolina duró poco.

A pesar de todo, el manchego se quedó con buenas sensaciones. "El equipo me ha gustado", destacó en sala de prensa. Quizá porque haya que retocar menos de lo que se cree o porque, tal y como ocurriera en la 2003/04, sabe cómo echar a andar más pronto que tarde. Tiempo tiene, pero las piezas deberían engrasarse antes de que las alarmas empiecen a saltar.