Educación

Niños de Benalmádena recorren dos kilómetros hasta el comedor escolar

  • Van en autobús de lunes a jueves, pero el viernes no pueden pasar por un mercadillo

Puestos del mercadillo a las puertas del centro escolar.

Puestos del mercadillo a las puertas del centro escolar.

Los niños de infantil del colegio Miguel Hernández de Benalmádena son los últimos en comer. El centro se divide en dos edificios, el de infantil y el de primaria, este último donde se encuentra el comedor escolar. Los separan casi dos kilómetros de distancia que los más pequeños de 3 a 5 años recorren de lunes a jueves en un autobús que costean los propios padres (unos 65 euros por niño al trimestre).

Los viernes, en cambio, la situación se complica. El autobús no puede pasar por culpa del mercadillo, por lo que muchos padres se ven obligados a dejar sus puestos de trabajo o hacer malabares para llevar a sus hijos hasta el comedor. Algunos en coche; otros, a pie. “Si mi marido o yo no podemos venir a por los niños a las 14:00 siempre tenemos que depender de alguien que los pueda llevar andando o dar dos viajes en coche para llevarlos. En mi caso, además, son dos niños, con lo que es muy difícil que alguien tenga hueco o cuente con más de un sistema de retención infantil para llevarlos en coche”, comenta una de las madres afectadas.

“Se supone que el comedor escolar está hecho para conciliar la vida laboral y familiar y sin embargo tenemos que salirnos del trabajo o mandar a alguien para que los recojan”, critican. Una situación que afecta a un total de 59 niños de entre 3 y 5 años.

Además del autobús, el centro les da la opción los viernes de contratar un servicio de ludoteca, a razón de algo más de 5 euros la hora, por el que los niños pueden comer en el edificio de infantil si traen la comida preparada de casa.

Se estudiará la construcción de un comedor con catering en el centro

“Es decir, que pagamos hasta tres veces por un mismo servicio: el comedor, el autobús y encima los viernes, si no puedes ir a por ellos y no tienes a nadie que los lleve al comedor aunque estés pagando por ello, les haces tú tu propia comida y le pagas a alguien para que se la de. Es una tomadura de pelo”, comentan.

La concejala de Educación, Elena Galán, aseguró que desde el Ayuntamiento se está estudiando la posibilidad de contratar un camión isotérmico para bajar la comida desde el colegio de primaria Miguel Hernández hasta el edificio de infantil, de forma que los pequeños no tuvieran que moverse de su centro. “Creemos que sería la solución más rápida aunque no la definitiva. El único problema que tenemos es el de la competencia ya que se trata de una competencia de la Junta de Andalucía y no municipal, por lo que estamos pendientes de lo que digan los técnicos.

A medio o largo plazo, se estudiará también la posibilidad de construir un comedor en el centro con servicio de catering”, explicó. No obstante, este servicio, que tendría un coste de entre 2.000 y 4.000 euros mensuales para las arcas municipales, no podría llevarse a cabo hasta principios del próximo año, una vez se incluya en los presupuestos de 2019. Por último, este periódico intentó sin éxito ponerse en contacto con la delegación de Educación.

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