La piscina cubierta Christian Jongeneel de Rincón de la Victoria, la primera del municipio de estas características, debería de abrir sus puertas a finales de julio. Ese es el plazo que el Ayuntamiento estipuló en el pliego de condiciones a las empresa que concursarán para que equiparan las instalaciones. Después de casi un año y medio de espera, por los recursos presentado por las ofertantes en el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales, el Pleno aprobó ayer, en sesión extraordinaria, la adjudicación del servicio a la empresa, Serviocio, Cultura, Deporte, y Recreación.

El alcalde del Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, Francisco Salado (PP), afirmó que “la apertura de la piscina cubierta ya es una realidad. En breve se producirá la formalización del contrato, esperando que en dos meses y medio, es decir, antes de concluir la temporada estival, se abran las puertas del nuevo complejo deportivo tan esperado por nuestros vecinos”.

Sobre la concesionaria, Salado explicó que “se trata de una empresa que ofrecerá servicios de calidad, una importante inversión en instalaciones exteriores que completan la propuesta de la piscina y un elevado canon a favor del Consistorio”, explicaba Salado, quien asegura que “este nuevo complejo deportivo situará a Rincón de la Victoria como una ciudad de primer orden y moderna”, señaló.

Los usuarios de la piscina cubierta se beneficiaran de abonos individuales, abonos familiares, descuento para desempleados del 15% y un descuento para empadronados del 20%. Además, los mayores de 65 años empadronados podrán acumular otro 15% más de descuento.

La propuesta del equipo de gobierno (PP-PA) contó con el apoyo de Ciudadanos y de los dos concejales no adscritos, Óscar Campos y Antonio Pérez. El grupo socialista decidió abstenerse aunque su portavoz, Antonio Sánchez pidió que “no haya más recursos y que se pueda abrir la piscina cuanto antes”. Ahora Rincón e Izquierda Unida votaron en contra. El portavoz de la formación afín a Podemos, Antonio Moreno, volvió a defender la gestión pública de los servicios “por ser más eficiente y barata”. En el mismo sentido se manifestó su homónimo en la formación de izquierdas, Pedro Fernández Ibar que se mostró convencido de que “la piscina estaría abierta si se hubiese optado por la gestión pública”. “Llevamos un año y medio de retraso y ya denunciamos que el Tribunal podría paralizar el proceso”, criticó el concejal de IU para quien el alcalde “debería de haber esperado a que pasasen las elecciones para que el gobierno que entrase decidiese el modelo de gestión”.