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Puertas rotas y abiertas en el hotel del CIO Mijas, cerrado hace un año

  • Los trabajadores, que acumulan 31 nóminas sin cobrar, lo denunciaron antela Guardia Civil

Instalaciones del CIO Mijas.

Instalaciones del CIO Mijas. / e. moreno

Apenas tres meses después de que los trabajadores del CIO Mijas alertaran por primera vez de la presencia de okupas en el hotel, que lleva más de un año cerrado al público, al igual que el resto de las instalaciones, han vuelto a denunciar la presencia de intrusos en el centro en la noche del pasado miércoles. Según relató Juani García, una de las trabajadoras afectadas, fueron los propios empleados públicos quienes en un recorrido por el centro observaron que la puerta principal de acceso al hotel Calamijas estaba forzada. "Había cosas por medio que no estaban antes y varias puertas rotas y abiertas", explicó, si bien agregó que "no sabemos si han robado o no porque aquello es muy grande. A simple vista pensamos que podía ser vandalismo". Los hechos fueron puestos inmediatamente en conocimiento de la Policía Local, que se personó en el lugar, y denunciados ante la Guardia Civil.

Palas de pin pon, un arnés o pesas del gymnasio del hotel son algunos de los objetos que estos se encontraron en los pasillos o incluso en un macetero, además de varias puertas abiertas. "A simple vista no había nadie pero sabemos que ha sido reciente", comentó García. "Tenemos miedo, no es la primera vez que accede a las instalaciones alguien ajeno al centro, nos estamos jugando la vida, cualquier día puede pasar cualquier cosa, ya no sabemos qué va a ser lo próximo que nos podemos encontrar", manifestó.

No es la primera vez que los trabajadores, que además acumulan 31 nóminas sin cobrar, alertan de la falta de seguridad y vigilancia de las instalaciones, de más de 30.000 metros cuadrados. Este es uno de los motivos por lo que el abogado que los representa, Jordi Ventura, que prepara una querella criminal contra diferentes cargos de la Junta de Andalucía por el impago de los salarios, solicitará que se les exima de acudir a su puesto de trabajo hasta la finalización de la liquidación del consorcio. Además, el centro no cuenta con las pertinentes medidas de seguridad exigidas por ley, ya que los extintores caducaron hace año y medio aproximadamente.

Los trabajadores, sin embargo, se ven en la obligación de acudir diariamente a su puesto pese a no tener nada que hacer y pese al gasto diario que ello supone para estas familias que llevan más de dos años sin cobrar sus nóminas. De lo contrario, la Junta, que hasta la fecha no se ha pronunciado, podría tomar medidas contra ellos y despedirlos. Mientras tanto, la falta de mantenimiento del centro, un edificio fantasma que costó más de 40 millones de euros, se hace cada día más patente. En el exterior, las malas hierbas no paran de crecer mientras que en la piscina del resort de lujo cohabitan patos, ranas y culebras. En el interior el polvo se acumula en las cocinas sin estrenar, cada una valorada en 50.000 euros, en las 88 torres de ordenador con 150 pantallas de plasma o las sillas empaquetadas también sin estrenar, como si el tiempo se hubiera detenido en noviembre de 2014.

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