Dos de los tres locales afectados por el procedimiento administrativo abierto por el Ayuntamiento de Torremolinos para el desalojo y cierre de los establecimientos han presentado alegaciones, lo que complica aún más la intención del equipo de gobierno de derrumbar estos edificios para conectar la Casa María Barrabino con la plaza Costa del Sol a través de una escalinata. El Ayuntamiento dio un plazo de un mes a principios de febrero a los propietarios de estos locales situados en el frontal de la casa María Barrabino, actualmente en rehabilitación, para el desalojo y cierre de los mismos para la posterior integración del edificio en la peatonalizada plaza Costa del Sol a fin de completar el proyecto diseñado por el arquitecto Salvador Moreno Peralta, algo con lo que no están de acuerdo los propietarios de los locales.

En caso de desestimar las alegaciones se procederá al precinto de los tres locales

Los servicios jurícidos del área de Urbanismo deberán ahora estudiar estas alegaciones que, en caso de ser desestimadas, se procederá de forma inminente al precinto de los locales, según explicó la teniente de alcalde, Maribel Tocón, quien espera que la resolución esté lista a finales del mes de marzo. “Si a pesar de una resolución que les obligara al cierre ellos persistieran en mantener el establecimiento abierto ejerciendo la actividad no tendríamos más remedio que precintar el establecimiento. El trato será el mismo para los tres locales aunque solo dos de ellos hayan presentado alegaciones, es decir, se procedería al precinto de los tres a la vez”, señaló.

El Ayuntamiento alega esta decisión en “informes municipales que detallan las afecciones de dichos locales con las alineaciones previstas por el PGOU vigente”. Asimismo, según Tocón, estos locales cuentan con una autorización “provisional en precario”, por lo que el Ayuntamiento “no está obligado a ningún tipo de conversación” con ninguna de las partes afectadas, por lo que no implica su reubicación o compensación económica.

Los propietarios de los locales, sin embargo, consideran “innecesario” el desalojo para el posterior derribo de los mismos e incluso han llegado a plantear el rebaje de los establecimientos con la eliminación de las terrazas de forma que se vea más la casa. Asimismo, aseguran que cuentan con los permisos requeridos entonces por el Ayuntamiento para su apertura, que en este caso se trata de una declaración responsable.