De ayer a Hoy

La calle con el sello de los Larios

La calle Larios tras la grave inundación que sufrió la ciudad. La calle del Marqués de Larios, generalmente denominada sólo por el apellido de su promotor, fue inaugurada en agosto de 1891 como una de las grandes obras de ensanche urbano del siglo XIX malagueño. Con su apertura se consiguió abrir una comunicación directa entre la plaza principal y el puerto, dotar a la ciudad de una gran vía de categoría europea y reforzar el prestigio y la presencia social de la familia más poderosa de toda la provincia, los Larios, cuyo palacio daba frente a la nueva calle. Las 12 manzanas de edificios que conforman esta vía fueron diseñadas por el maestro Eduardo Strachan. Durante el siglo XIX se utilizó la reforma interior como instrumento para llevar a cabo las transformaciones en los cascos antiguos de las ciudades europeas y, según el historiador Víctor Heredia, estos procesos "se convirtieron en el medio de las clases dominantes para controlar la forma de la ciudad".

En Málaga, la más destacada de estas actuaciones de reforma interior sobre el trazado urbano preexistente, fue la calle del Marqués de Larios, la calle Larios. La familia Larios no sólo contempló la construcción de la nueva vía como una obra de imagen y prestigio social, sino también como una oportunidad de negocio "que le iba a reportar beneficios por las rentas proporcionadas por los pisos y los locales comerciales", dijo el experto. Las obras de las 12 manzanas que conforman la vía se llevaron a cabo entre 1887 y 1891, bajo la dirección de Strachan, que diseñó unos edificios "caracterizados por su elegancia y austeridad decorativa", señaló Heredia. La nueva calle, denominada del Marqués de Larios por acuerdo del Pleno municipal, fue inaugurada por las autoridades locales y provinciales el 27 de agosto de 1891.

Desde un principio se convirtió en un símbolo de la burguesía local y de su concepción de la ciudad, pero al mismo tiempo fue lugar de paseo del pueblo, desbancando a la Alameda, y paso obligado para cualquier procesión o manifestación pública. Durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX se ubicaron en la calle los locales de numerosos establecimientos y comercios de mayor prestigio, especialmente hoteles y cafés, y las sedes de centros de recreo burgueses, como el Círculo Mercantil, el Liceo o el Círculo Conservador.

A partir de los años 50 fue perdiendo protagonismo en la vida social de la ciudad, dado que la función residencial y recreativa fue desapareciendo en beneficio de la instalación de comercios especializados, sucursales bancarias y oficinas, según el historiador. Sin embargo, la conmemoración del centenario de la calle Larios, en 1991, y la más reciente reforma urbanística que ha propiciado su peatonalización -inaugurada en diciembre de 2002- le han devuelto en gran medida su papel de escaparate principal de la vida ciudadana y motivo de orgullo de los malagueños.

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