Le robo a Julio Cortázar el título de una de sus Historias de Cronopios y de famas para comentar la reedición de este auténtico clásico de la bibliografía musical española. Arturo Reverter (Santiago de Compostela, 1941) lo publicó por primera vez en el año 2008 en la colección de Libros Singulares de Alianza. Ahora, revisado y ampliado, el libro ha empezado a circular dentro de esa Biblioteca básica que de temas de música lleva publicando la editorial madrileña desde hace un lustro y de la que este volumen hace el séptimo de la serie.

El arte del canto - Reverter

Arturo Reverter no necesita presentación para los aficionados españoles, especialmente los operófilos. Su vinculación de décadas con Radio Clásica (llegó a ser su director entre 1982 y 1986 y durante una breve etapa en 1990), donde su Ars Canendi lleva en antena más de veinte años, lo han hecho muy popular. Crítico de pluma afilada, orador de verbo sereno y fina ironía, documentado y exquisito redactor de notas para temporadas de óperas y conciertos, socarrón animador de tertulias y ruedas de prensa, Reverter es una auténtica institución de la vida musical española.

Este trabajo es posiblemente el más significativo de los que ha publicado: con espíritu divulgativo, pero con la erudición y hondura acostumbradas, el crítico gallego empieza poniendo las bases fisiológicas del canto, profundiza en las propiedades del timbre y la tesitura como puntos de partida para la clasificación de las voces, tema que desarrolla con minuciosidad, aclara algunos conceptos fundamentales (la media voz, el falsete, el fiato, la coloratura, el trino...), hace un breve recorrido histórico por las escuelas de canto de la modernidad y termina adentrándose en el tratamiento que dan a la voz algunos de los grandes operistas de la historia, y aquí es donde radica la ampliación de su estudio, pues a Mozart, Verdi, Wagner y Strauss, añade ahora Rossini, Bellini, Donizetti y Puccini. Un CD adjunto con un centenar de ejemplos permite entender con la escucha lo que se lee. El tema del canto es interminable, y Reverter lo introduce aquí de forma admirable. Si al final usted se entusiasma y hasta se anima, recuerde, por favor, a Cortázar, “no cante por la nariz y deje en paz a Schumann”.