La cantante y compositora Gloria van Aerssen, integrante del dúo Vainica Doble, ha fallecido este jueves en Cercedilla (Madrid) a los 83 años de edad. Carmen Santonja, su compañera en aquella fabulosa aventura musical, responsable de algunos de los discos más lúcidos, divertidos y emocionantes de la historia del pop español, murió hace ahora quince años, poco antes de la publicación del último álbum de la pareja, En familia (Elefant Records, 2000).

"Costó mucho trabajo hacerlo. Mari Carmen se murió en la mitad. Habíamos terminado la composición y se había grabado mi voz, pero de ella sólo teníamos las voces de referencia. Tuvimos que trabajar mucho en las mezclas", contaba entonces Van Aerssen a este diario en una de las escasas entrevistas que solía conceder.

Nacida en la sevillana calle Oriente en 1932, Gloria van Aerssen pasó parte de su infancia en Ronda, antes del traslado familiar a Madrid. Sus primeros escarceos musicales junto a Santonja se remontan a mediados de los 60, aunque su primer álbum, el homónimo Vainica Doble, no aparecería hasta 1971. Para entonces ya habían iniciado además una fructífera relación con el cine y la televisión, concretada con el paso de los años en sintonías y bandas sonoras, entre ellas la del programa Con las manos en la masa y la película Furtivos (José Luis Borau, 1975).

A menudo a la contra de la industria discográfica convencional, poco dada a personajes tan libertarios como iconoclastas, el dúo siguió facturando títulos largos -Heliotropo (1973), Contracorriente (1976), El eslabón perdido (1980), El tigre del Guadarrama (1981)- y ya mediados los 80 acabaría fichando por el sello independiente Nuevos Medios, que con Taquicardia (1984) dejaba constancia de su reconocida influencia en músicos de la nueva ola (Fernando Márquez, Carlos Berlanga...).

Después se produciría un largo periodo de silencio -apenas roto en 1991 por 1970, nuevas grabaciones en vivo de canciones antiguas- hasta la aparición en 1997 del fallido Carbono 14, un intento por parte de Polygram de dulcificar la indómita propuesta de Van Aerssen y Santonja -incluidas colaboraciones por completo ajenas a su universo estético: Alejandro Sanz, Ismael Serrano...- que terminó por no gustar nadie.

"¿Para qué tanto interés si luego nos pedían oír maquetas para escuchar lo que hacíamos? La gente está loca. ¿Pero no saben ustedes a estas alturas qué es lo que hacemos? Todo eran pegas. Fue una mala experiencia, sobre todo porque nosotros ya no tenemos edad de que vengan unos niñatos a decirnos qué es lo que tenemos que hacer", recordaba Van Aerssen sobre aquella grabación en la entrevista antes mencionada.

Pero la influencia de Vainica Doble no se redujo a la movida. Durante los 90, buena parte del pop independiente nacional reclamaba ya como propio su legado y, tras un delicioso recopilatorio, Coser y cantar (1997), el dúo fichaba con Elefant Records para despedirse de su audiencia.

En familia fue el canto de cisne. Muerta Santonja, Van Aerssen no sentía ya ninguna necesidad de lidiar de nuevo con discográficas. "Pero qué gusanillo, bonito, si somos las más viejas de la galaxia. Ninguna persona que hace música pop o rock tiene nuestra edad", bromeaba.

Afortunadamente, nos quedan sus discos. Y qué discos.