José Manuel Gamboa | Crítica

Los discos perdidos

  • La última entrega de la historia del flamenco en Nueva York abarca desde 1959, año de la publicación del primer disco de Sabicas en España, hasta hoy

La bailaora sevillana Manuela Vargas en los años 70.

La bailaora sevillana Manuela Vargas en los años 70. / Grupo Joly

El último capítulo de esta historia, que abarca desde 1959 hasta hoy, está protagonizado por Sabicas, la Feria Mundial de Nueva York y Manitas de Plata. Estos son los protagonistas principales porque son legión los flamencos que en esos años vivieron o visitaron Nueva York: desde Mario Maya a Enrique Morente pasando por Esteban de Sanlúcar, Mario Escudero, Estela Zatania, que rememora de viva voz el ambiente flamenco neoyorquino del momento en algunos de los pasajes más emotivos de esta obra, Gabriel Moreno, etc. Y otros menos conocidos como ese entrañable Chinín, gitano falso en Nueva York, como lo fueron antes Escudero o Rosario y Antonio, que fue una estrella jonda en la Gran Manzana completamente ignorado en su tierra. O el entrañable Domingo Alvarado, jerezano que llevó a cabo su carrera artística en Nueva York, militando en la compañía de Carmen Amaya, al que Gamboa dedica un generoso capítulo. El autor considera con justicia que Alvarado "es el más representativo cantaor emigrado y apegado a la City". El jerezano era un mecánico de coches al que Carmen Amaya conoció casualmente en Jerez y al que contrató como cantaor para su viaje neoyorquino de 1955, pese a las reticencias del marido de la bailaora que objetaba que Alvarado no era gitano. En Nueva York cantó Alvarado, en Nueva York triunfó, en Nueva York se casó con la bailaora portorriqueña Sylvia Camuñas y en la ciudad de los rascacielos registró una discografía muy interesante, desconocida hasta ahora en España. También grabó en Estados Unidos junto a Carmen Amaya, Sabicas y Juan Serrano. En España llevó a cabo, asimismo, algunos registros. Murió en la ciudad de los rascacielos en 2015. En 1959 se editó Flamenco puro el primer disco de Sabicas que llegó a España causando una verdadera conmoción a los flamencos hispanos que nunca habían escuchado una guitarra jonda a semejante velocidad. José Manuel Gamboa dio buena cuenta de la peripecia neoyorquina del maestro de Pamplona en su libro La correspondencia de Sabicas (2013). Juan Serrano, animado acaso por el ejemplo, se fue a Nueva York en 1962, un año después de haber registrado el Retablo flamenco con Juan Valderrama, con la intención de convertirse en un concertista jondo. Y lo consiguió. Allí registró varios discos como solista, tan fundamentales en la historia del flamenco como desconocidos en nuestro país. Hasta doce discos comenta Gamboa de Juan Serrano registrados en Estados Unidos. A ello hay que sumar otros tantos títulos entre libros didácticos, de partituras, y vídeos para la enseñanza de su arte que publicó el cordobés en América. El tocaor fue después profesor en la Universidad de California, hasta su jubilación.

Portada del nuevo libro de José Manuel Gamboa. Portada del nuevo libro de José Manuel Gamboa.

Portada del nuevo libro de José Manuel Gamboa.

En Nueva York, en concreto en la Feria Mundial, recibió Antonio Gades el espaldarazo que necesitaba para crear su compañía y convertirse en el mito que fue. Nos habla Gamboa en este libro de una antología flamenca registrada en 1964 al calor de la Feria que no llegó a ver la luz pública, pero que está grabada. Un jovencísimo Morente visitó por vez primera Nueva York durante la feria como parte de la compañía de Mariemma.  Con la compañía de Manuela Vargas llegan a Nueva York Curro Vélez, Fosforito, El Lebrijano, Beni de Cádiz, Naranjito, Farruquito, Cristina Hoyos, Juan Habichuela, etc. También Fernanda y Bernarda de Utrera pasaron por la Feria. Al parecer los cantaores de la compañía de Manuela Vargas registraron un disco con Sabicas, que tampoco vio la luz. Seguimos esperando. El éxito de la bailaora sevillana fue tal que apareció en el Ed Sullivan Show y llevó a cabo una larga gira por Estados Unidos. No se pierdan en youtube la grabación, con una Cristina Hoyos adolescente y una Vargas con las cejas al carbón. Los años 80 registran un nuevo éxito de los flamencos en Nueva York y alrededores con Flamenco puro, el espectáculo encabezado por Farruco, Manuela Carrasco, Angelita Vargas, El Güito y Juan y Pepe Habichuela. El último capítulo del disco está dedicado a la discográfica neoyorquina Montilla, propiedad del español Fernando Montilla, que registró más de 130 discos de flamenco entre 1953 y 1965. Algunos regresaron, y lo lamentaron. Otros no volvieron jamás, y también les pesó.  No obstante muchos, como Gades, Hoyos, Vargas, Fosforito o El Lebrijano, entre otros, triunfaron también en su país de origen.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios