Músicas contra la peste | Reynaldo Hahn

La canción del libertino

Reynaldo Hahn (Caracas, 1874 - París, 1947) fotografiado por Paul Nadar en 1898.

Reynaldo Hahn (Caracas, 1874 - París, 1947) fotografiado por Paul Nadar en 1898. / D. S.

Reynaldo Hahn nació en Caracas de un padre judío alemán y una madre venezolana de origen vasco. Con sólo tres años se trasladó con su familia a París, donde mostró dotes de niño prodigio. Fue director de orquesta, pianista, cantante, compositor, coreógrafo, crítico musical... Ah, y amante durante dos años de Marcel Proust, por lo que su figura es bien conocida en el mundo literario. Aunque compuso muchísimos ballets, operetas, comedias musicales, piezas incidentales para teatro y hasta bandas sonoras, lo que ha perdurado de él son, sobre todo, sus canciones.

En A Cloris, Hahn le roba a Bach un bajo (el del aria de la 3ª suite orquestal, nada menos) para construir sobre él una melodía de un aire arcaizante, que resulta por completo subyugante en sus envolventes y ambiguos juegos armónicos, y eso a pesar de que el compositor recurre a la declamación antes que al canto. Para el texto, Hahn se fue incluso más atrás, al siglo XVII, a un poema del libertino Téophile de Viau que puede traducirse más o menos así:

"Si es verdad, Cloris, que me amas,/ y he escuchado que me quieres mucho,/ no creo que ni los mismísimos reyes/ disfruten de una felicidad parecida a la mía.// ¡Qué inoportuna sería la muerte/ si viniese a cambiar mi suerte/ por la felicidad de los cielos!// Todo lo que se dice de la ambrosía/ no impresiona a mi fantasía/ tanto como el favor de tu mirada".

Una jovencita mezzo franco-italiana, figura en ciernes de la música barroca, Léa Desandre, canta aquí a Cloris con la desarmante naturalidad de las elegidas. Y es por eso que hoy la escogemos como hada madrina de nuestro diario afán

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