La férrea convicción en lo que hace es un rasgo que destaca en Rafaela Carrasco. La coreógrafa del Ballet Flamenco de Andalucía se encuentra inmersa  en los últimos ensayos del espectáculo En la Memoria del Cante 1922. En el mundo del baile desde los 6 años, Rafaela Carrasco posee una amplia experiencia que la ha llevado a formar parte de la Compañía Andaluza de Danza.  

–¿Qué le supone a su trayectoria profesional ser la directora artística del Ballet Flamenco de Andalucía?

–Sobre todo, lo más importante es el nivel de responsabilidad que me exige. Cuando decido un montaje para mi compañía me arriesgo económica y artísticamente. Ahora, con el Ballet Flamenco, tengo sobre mí la responsabilidad de un ballet de esta envergadura. Hace 20 años comencé en la Compañía Andaluza y ahora volver después, con una trayectoria profesional detrás tiene mucha importancia.

–El viernes 17 de enero se estrena en Córdoba el montaje de En la Memoriadel Cante 1922, ¿por qué se le ocurrió este tema para presentarlo a la convocatoria del Ballet Flamenco de Andalucía?                                                                                                                                               

–En la convocatoria para la presentación del espectáculo aparecía que debía tener connotaciones de Lorca. No quería hacer una obra de Federico García Lorca, con un argumento dramático. Pensé en el Concurso de Cante Jondo celebrado en 1922 en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra, en Granada y que sirvió para que un grupo de intelectuales de la época, con Manuel de Falla al frente, reivindicaran la cultura y arte flamenco, considerado entonces como algo de personas de malvivir.

–Ha debido  ser complicado trasladar un concurso de cante al baile, ¿cómo se canta bailando y manteniendo la atención del espectador durante 75 minutos?  

–Lo hemos trasladado a hoy, el concepto y el espíritu de la época en la que se celebró el Concurso de Granada, pero con coreografías de hoy y cantes de entonces. Lo más complicado ha sido que no se pierda lo que reivindicaban entonces, pero no bailar como en 1922. El baile ha evolucionado desde entonces y quiero presentar lo que es hoy. Ahora no  sentimos de la misma manera que ellos lo hacían. En la coreografía hemos mantenido el equilibrio entre la reivindicación de entonces y la visión del baile hoy.

–¿En qué momento está el baile flamenco hoy en día?

–El baile flamenco es nuestra seña de identidad. Seguimos sin estar reconocidos por el gran público en España o Andalucía, aunque no así en el extranjero. Todavía  muchos tienen la idea de que  flamenco es juerga. Nuestro primer cuadro es el manifiesto que firmaron todos los intelectuales que participaron en el Concurso de Cante Jondo de Granada en 1922, y en él se indica que hay muchos que piensan que lo que están haciendo en la Plaza de los Aljibes no fue más que juerga y fiesta, pero los que suscribieron el manifiesto indican que la riqueza cultural y artística del flamenco es importantísima. Esto tiene vigencia para el baile flamenco hoy en día. Estamos al mismo nivel artístico que cualquier compañía de danza contemporánea o clásica como demostramos en los resultados obtenidos los festivales internacionales de danza.

En España no hay conciencia de ello, de ahí que sigamos reivindicando que se valore y mida el baile flamenco con las mismas varas que otras disciplinas de la danza. En este sentido, el argumento de la obra es muy actual.

–¿Cómo se prevé el futuro del baile flamenco en Andalucía?

–Cuando empecé las audiciones para En la Memoria del Cante 1922 tenía claro que quería tener a solistas, no a grandes figuras ya reconocidas, porque creo que esta es una oportunidad para dar visibilidad a artistas que están despuntando. El mundo de la danza siempre ha sido complicado para empezar, pero ahora aún más por el gran número de bailarines con gran calidad y el descenso del número de espectáculos. Los jóvenes intérpretes que han participado en el montaje tiene  mucha ansia de mostrarse y ofrecer lo que tienen, además están muy involucrados y, sobre todo, con una gran preparación técnica.

–¿Cómo es el perfil del cuadro de bailarines y bailarinas?

–Desde el 4 de noviembre, cuando empezaron las audiciones, tenía claro que no me gustan las compañías estándar. Buscaba a bailarines que tuvieran algo que ofrecer en estilo, forma y carácter. Hemos tenido un gran intercambio de información, ellos tienen mucho que ver también en el resultado final.