Cinco años. Media década de un proyecto que desde que se inició pintaba como el espaldarazo definitivo a la carrera del director algecireño Alexis Morante. De dificultades, dudas y todas las trabas habidas y por haber en retratar a una estrella de la dimensión de Enrique Bunbury. Un lustro que anoche tuvo una recompensa proporcionada a lo sufrido y disfrutado por Alexis Morante en ese tiempo.

Una sala de cine de 1.300 butacas de aforo casi llena se encargó de tributar un justo reconocimiento al cineasta afincado en Los Ángeles y su equipo. Tanto esfuerzo, que alguna vez ha estado a punto de irse a pique, culminó con una ovación de más de un minuto en la presentación de su primer largo, El camino más largo, en el Festival Beefeater In-Edit de Barcelona.

Entre los más de 800 espectadores no estaba Enrique Bunbury, protagonista del documental junto a la banda Los santos inocentes, cuyos componentes sí asistieron casi al completo a la cita en los cines Aribau 5 salas de la ciudad condal.

Al final del pase y a preguntas del público, Morante hizo un repaso a la odisea en la que se convirtió el camino más largo de su carrera. Cambios de enfoque, de consenso con el artista y hasta problemas con los derechos de autor por la ruptura con Emy alargaron hasta ayer el parto en el que derivó esta obra que ha acabado confirmándose en un producto de un potencial descomunal que llega a los cines el año que viene.

La cinta muestra la crisis personal y artística del ex líder del Héroes del Silencio, en una visión mucho más humana y alejada de la rock star que se ha forjado el zaragozano.

Tras llenar el estadio Azteca de México, el artista apuesta por emprender una gira de más de una veintena de conciertos en caravana por Estados Unidos, donde hay lugares donde, para bien y para mal, es un desconocido entre el gran público. Una senda con altibajos muy similar a la del proyecto, en el que la ruta es la principal protagonista. Una amalgama de caminos con obastáculos que han desembocado por fin y con gozo en Barcelona, que se convierte ahora en un ilusionante punto de partida.