'Cuarteto fuerte' | Crítica de jazz

Cuando cuatro son cuarteto

  • El grupo sevillano debuta con un álbum intenso y particular, un comienzo que pide continuidad a gritos

Los integrantes de Cuarteto Fuerte, en una fotografía promocional.

Los integrantes de Cuarteto Fuerte, en una fotografía promocional.

Una de las fortalezas del jazz contemporáneo radica en que tanto músicos como aficionados se han habituado a sumergirse a él liberados de clichés y estándares que ciñan su enunciado. A diferencia de épocas precedentes donde modelos dominantes canalizaban sus vías de expresión, el territorio presente exhibe su permeabilidad, avivado por la coalición con otros contornos culturales e impulsado por ese todo que establece la sempiterna alianza entre partitura y, sobre todo, improvisación.

Grabado y masterizado en estudios La Mina por Raúl Pérez, el debut homónimo del sevillano Cuarteto Fuerte ilustra con exactitud esta actitud. Un grupo principiante aunque sus componentes no lo sean tanto. Liderados por el bajista Juan M. Martin, ligado a proyectos como la Assejazz Big Band o Malheur, el clarinete bajo de Gustavo Domínguez (miembro de Proyecto Ocnos, de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y la Euskadiko Orkestra), la guitarra de Álvaro Vieito y la batería y percusión de Nacho Megina completan una nómina que evidencia una privativa disposición instrumental.

Portada del disco. Portada del disco.

Portada del disco.

De hecho, su paleta tímbrica fija uno de los atributos de una oferta alimentada por un abierto abanico de referencias que ellos mismos señalan: desde el Ennio Morricone más inexplorado, seducido por rock y psicodelia, a emblemas improvisadores del peso de Bill Frisell o John Zorn pasando por el inevitable genio Ornette Coleman o por emblemas del progrock tipo King Crimson. La emulsión de referentes da para mucho y Cuarteto Fuerte la gestionan con destilada precisión sobre una gramática de recia estética aunque dúctil progreso. Las composiciones de Juan M. Martin prescinden de concesiones a la galería, sin mostrarse hostiles, articuladas con coherencia pero también con autonomía. La misma que simboliza el despiezado bóvido que Jesús Guisado ha elaborado para su portada. Así, el álbum pasa sin traumas del motivo free de Hola, ¿qué tal estás? a la atenta miniatura Spectrum, citando el clásico cinematográfico The Magnificent Seven de Elmer Bernstein en Perros fuertes o apelando al diálogo en Sofocos. En cualquier escenario, los cuatro músicos ejercen como cuarteto, inyectando intensidad y dinamismo a un arranque que pide continuidad a gritos.

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