Mariví Blasco. Soprano

"Lo que me mueve es compartir la belleza"

  • La intérprete valenciana presenta el miércoles en el Alcázar de Sevilla, junto al tiorbista Juan Carlos Rivera, 'A che belleza', programa que es el de su primer disco juntos.

A che belleza. Mariví Blasco, soprano; Juan Carlos Rivera, tiorba. Lindoro (Sémele).

Nacida en Valencia, empezó formándose como oboísta en una de las innumerables bandas de música de la región, pero su vocación fue siempre la de cantar. "A los 4 años yo ya quería ser cantante", confiesa Mariví Blasco, convertida hoy, desde su residencia sevillana, en una de las voces más frescas y requeridas de la música antigua española.

-Lleva años colaborando con Juan Carlos Rivera. ¿Cuándo y por qué surgió la necesidad de hacer este programa y llevarlo al disco?

-Hace tiempo que queríamos hacerlo. En principio, no sabíamos muy bien si decantarnos por la música española o la italiana, si hacer un monográfico de algún autor o no... Al final, nos decidimos por hacer algo que nos guste mucho a nosotros y que pudiera gustarle mucho a la gente. Pensamos en incluir solo cosas que fueran muy muy muy bellas, que merezca de verdad la pena traerlas al presente para que todo el mundo pueda disfrutarlas. Y como a los dos nos encanta la música italiana del Seicento, empezamos a revisar todos los libros que teníamos del período: yo viví tres años en Italia y compré entonces todos los facsímiles que se me pusieron a mano, y Juan Carlos también tiene mucha música de la época. Empecé libro por libro a leérmelo todo, en un trabajo árido, aburrido incluso a veces, pero que merece la pena porque vas descubriendo cosas. Lo que me llamaba la atención de giros armónicos, de melodías especialmente expresivas y bonitas lo compartía con Juan Carlos, y viceversa, y así fuimos delimitando el contenido del disco y los autores: Caccini, Ferrari, Landi, Strozzi...

-Aparte del hecho de que el programa se compone de monodias acompañadas de la Italia del XVII, ¿está construido con algún hilo conductor?

-La pura belleza. Por eso se titula A che belleza, que es el de una canzonetta de Benedetto Ferrari que está incluida en el disco, por supuesto. Volver otra vez a agrupar piezas en función de la temática amorosa nos parecía repetitivo. Queríamos que la gente disfrutara de la belleza enterrada, dormida en todos estos libros. Creo que la belleza es un valor muy importante, porque atrae otro tipo de virtudes, como la bondad o la compasión... Hay que cultivarla, pero no como un valor elitista, sino para que todo el mundo pueda disfrutar de ella. Como músico lo que me mueve es compartir la belleza, ese impulso por llegar hasta la gente, da igual lo que entienda de música, y decirle déjate llevar, abre un poco los ojos, mira lo que hay aquí, eso que a lo mejor no entra tan rápido como otros productos de cultura rápida, facilona, pero que es delicioso.

-¿Por qué hay tanto interés en los intérpretes por la música italiana de este período?

-Porque tiene una calidad musical impresionante. Armónicamente es de una riqueza sin parangón. Hay giros armónicos, secuencias, acordes, que te hacen pensar que verdaderamente ya todo estaba escrito entonces, que lo que vino después fueron solo comentarios a lo que escribieron los músicos italianos de principios del XVII. De todos modos hay cosas que son un poco complicadas para el público. Es una música muy erudita y hay que hacer un pequeño esfuerzo para traerla al presente, para hacerla asequible al oído actual. No se trata de vulgarizarlo para que guste. Es tratar de acercar a la gente a este nivel de complejidad, haciéndole ver que hay cosas que se pueden apreciar aunque sean complicadas armónicamente. Y esto se puede hacer por los textos, los afectos, las pasiones que son iguales entonces que ahora. A veces, me gustaría ponerme en la cabeza de alguien que no ha escuchado nunca esta música, que no se fija en los detalles que yo analizo. Imagino que debe ser algo impactante, brutal, algo que no se puede atrapar, que no controlas, pero te embriaga, te hace conectar contigo mismo, con tus sentimientos, te hace sacar lo mejor de ti mismo, porque pienso que todo esto tiene realmente un efecto sanador. "La belleza nos salvará", dijo Dostoievski. Y yo creo que es así.

-Y en ese mundo tan refinado, tan exquisito, tan alambicado, de afectos y pasiones, ¿qué papel juega Monteverdi?

-Es todo esto que digo llevado al extremo, porque Monteverdi tiene la genialidad de hacer lo más complejo con tanta frescura que parece la cosa más fácil y natural del mundo. En su música se detecta un altísimo grado de conciencia sobre los afectos, las pasiones, pero eso se mezcla con una genialidad única para manejar el lenguaje musical al nivel más refinado y profundo imaginable.

-Aunque muy especializada en música antigua, también hace ópera, ¿cómo se siente en el género y qué obras prefiere?

-He hecho recientemente una Reina de la Noche, también una Despina, pero me confieso enamorada de la música antigua. Me gusta hacer esas incursiones en la ópera, porque creo que desarrollan la voz y la cabeza a nivel musical. Además a nivel físico te da mucha soltura para estar en el escenario, que es algo que no te da el concierto. Soy curiosa, y Mozart me apasiona, pero cantar su música no me llega tan hondo como hacer barroco. Me encantaría cantar óperas de Monteverdi y de Haendel.

-¿Y sus experiencias con la música contemporánea?

-Me costó meses estudiar las partituras de John Cage para un programa que hice. Yo quería encontrarle un sentido, encontrar una historia que contar. Es música experimental, pero no se trata solo de hacer ruiditos, siempre se puede contar una historia.

-En septiembre presenta en el Alcázar un concierto de música antigua en el que la acompaña Ignacio Torner con un piano preparado. ¿De dónde salió esta idea, que parece muy audaz?

-Surge de mi amistad con Ignacio, que es un gran músico. Hice en Almería una ópera contemporánea con Taller Sonoro, La mujer de la sombrilla de Juan Cruz Guevara. Y él me ayudó también a preparar lo de Cage. Nos gustó mucho trabajar juntos, tanto personal como musicalmente. Y empezamos a pensar en la posibilidad de hacer un programa juntos. Él estaba trabajando con la idea del piano preparado de Cage. Y entonces se nos ocurrió esto de hacer música antigua con un formato especial, intentando que el piano sonase con la voz de otros instrumentos... Es una especie de divertimento en el que trataremos de dar la vuelta a algunas cosas.

-Usted fundó junto a Fahmi Alqhai la Accademia del Piacere y ha colaborado con prácticamente todos los grupos de música antigua españoles, ¿es la situación tan estimulante como parece?

-Sí. No se para. Hay grandes grupos haciéndolo muy bien. Nos hemos especializado mucho en España. Y existe una extraordinaria autoexigencia dentro de los grupos. Yo he colaborado con Europa Galante, L'Arpeggiata, el Ensemble Elyma, La Fenice, grupos punteros en el mundo, y en España hoy se trabaja a su mismo nivel.

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