Emilio Moreno. Músico

"La música española es tan buena como cualquier otra"

  • Gran pionero del violín barroco en nuestro país y presidente de la asociación de Grupos Españoles de Música Antigua, llega al Femás con La Real Cámara.

-La Real Cámara hará en este Femás un programa dedicado a Boccherini, uno de los compositores a los que más atención ha dedicado desde siempre. ¿Por qué Boccherini?

-Un francés se escandaliza si oye que Lully, por haber nacido en Florencia, no debe ser considerado músico francés. Sin embargo aún hay mucha gente en España que no acaba de entender que Boccherini, toscano como Lully, sea uno de los músicos españoles más representativos de la segunda mitad del siglo XVIII, ya que se instaló muy joven en España, aquí casó, formó familia, trabajó, compuso y murió como uno más de la vida musical española. Toda su producción es además de enorme belleza.

-¿Está valorada a la altura de sus méritos?

-Eso es algo que ha ido evolucionando en los últimos años, y me complace ver que hoy Boccherini ya no es el compositor marginal de un minueto sino una figura internacionalmente valorada, bien que quizás aún no de una manera adecuada y justa: contemporáneo de Mozart y Haydn, su música es sin embargo radicalmente diferente, y para entenderla en su genialidad lo peor que podemos hacer es intentar comprenderla a través del prisma del Clasicismo vienés, desarraigándola de sus orígenes italianos y, sobre todo, hispanos.

-Los Quintetos con guitarra se encuentran entre lo más conocido de la obra de Boccherini, ¿qué lugar piensa que ocupan en su producción?

-Son piezas escritas a partir de otras composiciones anteriores más convencionales (quintetos de cuerda o con piano), pero ello no afecta a su valor y originalidad. Históricamente casi todos los compositores han trapicheado con su propia obra sin menoscabo de calidad y con frecuencia mejorando el modelo. Si algo tienen estos quintetos es, además de su belleza indudable, la fascinación particular de empastar magistralmente el color de la guitarra con el de los instrumentos de arco.

-Su dedicación al repertorio español es intensa, no sólo con La Real Cámara, sino también con su otro conjunto, El Concierto Español. ¿Cómo ve en la actualidad el estudio y difusión de nuestro patrimonio?

-Lo veo mucho mejor que hace unos años, bien que, en general, sigue habiendo una desconfianza ancestral y atávica a lo propio en todos los niveles de nuestra cultura, y una irracional y esnob tendencia a considerar lo que viene de fuera como superior.

-¿Puede mejorarse?

-Por supuesto, pero para eso es indispensable que los propios músicos españoles nos convenzamos los primeros de que la música española es tan buena como cualquier otra y que mejor que nosotros no la va a hacer nadie; pero igualmente es necesario que las instituciones que aportan el dinero para que la música funcione también se lo crean, que consideren que apostar por lo nuestro es una inversión a largo plazo, y que no tengan miedo a las posibles espantadas del público acomodaticio ante un repertorio que desconoce; que arriesguen apostando por lo nuestro frente al comercialismo abusivo de pasiones, estaciones o brandenburgos que, por geniales que sean, de puro trillados nada nuevo aportan en detrimento de las maravillas que vamos descubriendo y que aún quedan por descubrir en el olvido de nuestro patrimonio histórico musical.

-Como presidente de la asociación de Grupos Españoles de Música Antigua, ¿cómo cree que está afectando la crisis a los grupos españoles?

-Afecta mucho, dado que en España nuestra actividad depende casi al cien por cien de las subvenciones públicas, que se están reduciendo o suprimiendo a marchas forzadas, mientras que los festivales y temporadas recortan sus presupuestos drásticamente, con el castigo añadido del IVA al 21%.

-¿Cuáles son las principales necesidades y reivindicaciones del sector?

-Mientras se aprueba una ley de mecenazgo decente como la de tantos otros países, poder programar a medio y largo plazo. Por poner un ejemplo, las ayudas oficiales son ahora anuales pero tendrían que ser por lo menos bianuales, además llegan tarde y son en régimen de competencia. Resultado de ello es la aparición de la microfinanciación de algunos grupos, el novedoso crowdfounding, que no sabemos si será una solución a medio o largo plazo. Pero a pesar de todo los grupos españoles van sobreviviendo por muchas razones: porque su profesionalidad es máxima; porque en general el nivel musical es excelente y perfectamente equiparable con el mejor de fuera; y porque contamos con un activo importantísimo que es la cantidad brutal de horas no remuneradas que cada uno dedica a su trabajo. Gracias a eso se investiga, se hacen programas nuevos que se difunden y se graban sin dinero y a fondo perdido, muchas veces para un único concierto, sin la posibilidad de rentabilizar una inversión de esfuerzo personal que nunca se contabiliza.

-Muchos se quejan de que en España los programadores prefieren por sistema a los grupos extranjeros...

-La actitud de muchos programadores priorizando repertorios y músicos extranjeros es una realidad que está ahí y que, habiendo mejorado sensiblemente, resulta a veces vergonzosa: pensar que la calidad de las músicas y músicos españoles es menor que la de los foráneos no es sino un síntoma de falta de sensibilidad, un prejuicio absurdo, que está actuando de barrera entre el público y nuestros músicos. Basta ver el trabajo de los músicos españoles en el extranjero, su proyección y la aceptación que tienen, para demostrar que esa actitud no tiene sentido.

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