María Eugenia Boix. Soprano

"La presencia escénica es fundamental en la ópera"

  • En pleno apogeo de sus medios, la joven cantante aragonesa pone voz en un nuevo 'pendrive' del sello Arsis a las canciones con guitarra del compositor italo-español Federico Moretti.

Moretti: 12 canciones con acompañamiento de guitarra. Dúo Orpheo (María Eugenia Boix y Jacinto Sánchez). Arsis (GPD)

Su primera experiencia operística profesional la tuvo en el Teatro Maestranza, cuando en 2007 hizo la Belinda del Dido y Eneas de Purcell en una versión de concierto junto a la OBS y Monica Huggett. Desde entonces, María Eugenia Boix (Monzón, Huesca, 1982) ha recorrido un importante camino en el terreno de la lírica, incluidas unas semifinales en Operalia, el macroconcurso de ópera patrocinado por Plácido Domingo. "Fue en la edición de 2012, que se celebraba en Pekín. La experiencia me pareció positiva, porque escuchas voces con las que no te sueles encontrar. No he hecho mucho concurso, y cada uno habla de ellos según le va. Gané el primer premio de las becas Montserrat Caballé, y el dinero me vino muy bien, porque me permitió seguir estudiando en el extranjero. Un buen resultado en un concurso puede ser un trampolín, pero no es una panacea. Tampoco puedo decir que las semifinales de Operalia hayan influido mucho en mi trabajo".

-Su trabajo está muy vinculado a la música antigua. ¿Le parece importante iniciarse en el canto barroco?

-Canto desde los cuatro años, pero hasta los 19 lo que hacía era folclore de mi tierra. Viví desde muy pequeña los ritmos de jotas y otras danzas, y muchos de esos ritmos te los encuentras luego en la música antigua. Yo los tenía muy interiorizados. Las hemiolias las he vivido desde muy niña y me han parecido muy naturales. La música antigua fue para mí la base. Creo que es una base muy buena, porque puedes trabajar desde la línea y todo lo que parece más sencillo, pero luego puedes descender también mucho al detalle. Si empiezas a trabajar directamente con Bellini o Donizetti tienes que abordar desde el principio cosas más complejas. Creo que es importante empezar por cuestiones más básicas, pero no necesariamente de música antigua.

-¿Dónde clasificaría su voz?

-Creo que soy lírico-ligera, con un color hacia lo lírico. Pero existe la posibilidad de aligerar la voz, por eso hago repertorio con coloratura. Aunque a mí no me gusta mucho eso de poner nombre y apellido a una voz. La voz es el instrumento que te permite hacer algo. Si tengo que probar repertorio nuevo, lo sentiré en mi cuerpo y si soy capaz de hacerlo, pues adelante. En este sentido soy muy abierta. Aunque es verdad que hay que tener cuidado con el repertorio. Muchas veces he acabado llorando al cantar algunas cosas. La voz está ligada a los sentimientos. El día que deje de emocionarme con lo que hago dejaré de cantar. La música tiene que transmitir al público, y antes a ti mismo, porque si no, no llegas al público. Para mí es muy difícil entender la música de otra manera. Sin la emoción no entiendo la música.

-Parece encontrar emoción en muchos terrenos, porque su repertorio es muy variado.

-Disfruto con toda la música y creo que si te puedes amoldar a hacer música con vihuela o con laúd y además Wagner con orquesta, pues mejor. Cada uno tiene que saber cuáles son sus características y sus limitaciones. Si disfruto haciendo música más íntima, ¿por qué no puedo hacerlo y hacer después también una ópera?

-Ha hecho algo de polifonía renacentista.

-Sí, pero lo que menos. Es lo más alejado de lo que yo hago. Exige un trabajo muy puro de la voz. Hay que dedicarle mucho tiempo y no puedes expresarte igual desde el punto de vista individual, de tu timbre.

-Conoce mejor el barroco.

-Con la música antigua empecé de verdad en el mundo profesional. Sigo haciendo mucho repertorio con muchos grupos diferentes, Los Músicos de Su Alteza, Al Ayre Español, La Grande Chapelle, La Ritirata… En la música antigua la palabra es muy importante. Hace transmitir muchas emociones. Me ha parecido siempre una música muy natural.

-¿Qué le gusta del lied?

-Lo que me gusta de los recitales con guitarra o piano es que es algo muy íntimo, para públicos reducidos y puedes llegar a la gente de forma muy cercana. Lo que se vive en una ópera durante dos horas, en el lied lo tienes que vivir a veces en dos o tres minutos. Una canción tiene una vida, un desarrollo y una muerte en muy poco tiempo. Es algo muy intenso.

-¿Y de la ópera?

-Tienes que desarrollar todo un personaje: aparte de cantar, tienes que vivir la parte escénica. Un recital te lo tienes que montar mucho más en tu cabeza, pero en la ópera tienes que hacerlo: lo normal es que la escena te ayude a crear un personaje que tiene un desarrollo psicológico, que pasa por muchas emociones… Lo actoral está vinculado a lo musical. Si no lo entendiera así, no haría ópera.

-¿Y tiene algún modelo en este terreno?

-Escénica y vocalmente Diana Damrau me encanta. Como actriz llega muchísimo. Nada más pisar la escena capta la atención de todo el mundo. Eso es importantísimo para una cantante, porque la presencia escénica es fundamental.

-¿En qué repertorio lírico se siente más cómoda?

-Me encuentro muy cómoda con Mozart, con el belcanto, con Haendel. Y disfruté mucho haciendo Woglinde en El oro del Rin de Wagner.

-¿Y qué papeles sueña con hacer?

-En un taller de ópera en Salamanca canté la Susanna de Las bodas de Fígaro, y es el papel con el que más he disfrutado nunca. Está activo, no para desde que empieza la ópera. Tiene mucha enjundia, vocalmente me va muy bien y me encantaría hacerlo. Este año haré la Adina de El elixir de amor, en una producción con Carlos Chausson. Es un rol que también me apetece mucho interpretar. Bruno de Simone me dijo que sería una estupenda Traviata. Sé que me va bien el papel de Violeta. Si me lo plantean lo estudiaré, pero no quiero correr. Hay que dejar que la voz madure con el tiempo. Esto es una carrera de fondo. Hay que ir con pies de plomo y haciendo las cosas con cautela y mucha cabeza.

-Formó en 2006 junto al guitarrista Jacinto Sánchez el Dúo Orpheo, ¿qué tipo de repertorio hacen?

-Empezamos haciendo música del Renacimiento, con vihuela y laúd, y luego también incorporamos repertorio con guitarra clásica y romántica. Desde Dowland, Milán y Mudarra hasta Britten hemos hecho casi de todo. Este año hemos tocado en Los Inválidos de París, en el Festival del Camino de Santiago, en Madrid…

-Se publica ahora un disco que grabaron hace unos años dedicado a Federico Moretti. ¿Quién es Moretti?

-Fue un militar nacido en Nápoles en 1769 y fallecido en Madrid en 1839, mariscal de campo del ejército español, que también se dedicó a la música. Y de hecho fue uno de los músicos que más influyó en la evolución de la guitarra. Escribió un tratado, Principios para tocar la guitarra de seis órdenes, en el que aportó innovaciones a la notación y desarrolló el concepto de armonía aplicada al instrumento. Junto a Castro de Gistau, Sor o Aguado fue uno de los grandes impulsores de la guitarra a principios del siglo XIX, aunque no tenga la fama de estos últimos. Encontramos sus doce canciones en un facsímil de la Biblioteca Nacional y nos pareció un descubrimiento. Son canciones basadas en poemas que describen distintos estados de las relaciones amorosas y tienen en muchos casos connotaciones llenas de picaresca e ironía. Creemos que su importancia histórica es notable y por eso decidimos grabarlas todas juntas. Si no me equivoco es el primer disco que se le dedica monográficamente a Moretti. Además es también la primera vez que las canciones se graban en su tonalidad original y con el acompañamiento de un instrumento que es réplica de una guitarra de la época. Eso lo hace especial.

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