Los incendios forestales en España bajaron un 44% en 2024
La mayoría de los fuegos se concentraron en el noroeste del país, mientras que en otras regiones se lograron mejores resultados en términos de prevención
En 2024, los incendios forestales en España han quemado un total de 44.715 hectáreas, lo que supone una reducción del 48% en comparación con la media de la última década y un 44% menos que en 2023, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica. De los incendios registrados, solo 17 superaron las 500 hectáreas, clasificándose como grandes incendios. La mayoría de los fuegos se concentraron en el noroeste del país, mientras que en otras regiones se lograron mejores resultados en términos de prevención. Esta reducción se atribuye a una mayor conciencia y medidas de prevención más efectivas.
El Ministerio destaca también que el 2024 ha sido un año relativamente benigno en cuanto a condiciones climáticas, lo que ha contribuido a un menor número de incidentes en comparación con años como 2022, donde las condiciones de sequía y las altas temperaturas empeoraron significativamente la situación.
En el último año, España ha experimentado una serie de incendios forestales que destacan tanto por su magnitud como por su impacto en el medio ambiente. Estos incendios han marcado una temporada especialmente difícil, con varias comunidades autónomas enfrentando grandes retos en la lucha contra el fuego.
Tres fuegos en los municipios cántabros de Soba, Arredondo y Valdeprado del Río se convirtieron en enero en el primer gran incendio registrado en 2024, con casi 2.500 hectáreas calcinadas. A ellos se unió el declarado a comienzos de febrero en Almería, otro foco en Rionansa (Cantabria), a comienzos de abril, y el incendio de mediados del mismo mes en Tárbena (Cantabria). En junio y julio, los dos incendios que más superficie han calcinado se han producido en Obejo (Córdoba) y Barchín del Hoyo (Cuenca), con casi 2.300 hectáreas afectadas en cada provincia. Les sigue el incendio de La Estrella (Toledo), con casi 1.900 hectáreas, el de Palomas (Badajoz), con más de 1.200 hectáreas de bosque quemado, y Níjar y Almería capital, con más de 1.000 hectáreas cada una.
Por debajo de esa cifra, uno de los incendios más significativos ocurrió en Puebla del Maestre y Campanario, en la provincia de Badajoz, donde el fuego consumió más de 500 hectáreas. Asimismo, en Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real) y Loeches (Madrid), otros incendios afectaron importantes áreas forestales, sumándose a los más de 276 grandes incendios que España ha registrado este siglo. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) reportó que en 2022 España fue uno de los países más golpeados por el fuego, aunque este año la cifra de hectáreas afectadas fue más baja, situándose alrededor de las 95.000.
A pesar de una ligera disminución en la superficie afectada, los incendios continúan siendo una grave amenaza para los ecosistemas españoles, especialmente en el contexto del cambio climático, que está intensificando las condiciones propicias para estos desastres. En algunas zonas, como Tarifa (Cádiz), el fuego arrasó áreas protegidas, afectando a la fauna y flora locales, agravando la situación de especies vulnerables.
Estos incendios han reabierto el debate sobre la gestión forestal y la importancia de implementar medidas preventivas más estrictas, como el mantenimiento de cortafuegos y la restricción del acceso a zonas de alto riesgo durante los meses de calor, junto con campañas educativas sobre el uso inadecuado del fuego.
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