Desde hace meses Stellantis viene incorporando la electrificación a sus modelos industriales. Así, y centrados en sus diferentes gamas medias, Opel dispone del Vivaro-e, Peugeot del e-Expert y Citroën del ë-Jumpy, todos con una tecnología eléctrica semejante a la que se emplea en los turismos de las respectivas marcas: un motor de 136 CV y 260 Nm y una batería de 50 ó, en este caso específica, de 75 kWh de capacidad que proporcionan, respectivamente, unos 230 km de autonomía (WLTP) en las versiones de menor tamaño de estas furgonetas y 330 en las más grandes. Estos industriales eléctricos pueden recibir energía de puntos de carga de hasta 11 kW si incorporan el cargador trifásico opcional -7,4 kW con el de serie- para corriente alterna y hasta 50 kW con corriente continua.

Sin embargo, la pretensión de Stellantis es ir más allá, para lo que estas furgonetas de gama media recibirán una pila de combustible desarrollada por Symbio, empresa de Michelin y Faurecia -participada ésta por Stellantis-. La pila, que estará en el lugar que ocupa el motor de combustión en otras versiones, tendrá una potencia de 45 kW y estarán alimentadas por el hidrógeno contenido en tres depósitos, con un total de 4,4 kg, sustituyéndose con ellos las baterías de 50 ó 75 kW, si bien el motor será el mismo, el de 136 CV.

Sí deberá disponer de, al menos, una batería de respaldo del sistema de menor capacidad como ocurre en otros vehículos FCEV que, en este caso, podría ser de 13,2 kWh y se alojaría bajo los asientos delanteros. Esta batería sería como la que utilizan diferentes versiones híbridas enchufables del grupo industrial, como el Citroën C5 Aircross Hybrid, proporcionando unos 50 km de autonomía homologada recargada mediante conexión a la red eléctrica hasta con 11 kW.

Tres depósitos, con un total de 4,4 kg de hidrógeno, sustituirán a las baterías de las versiones eléctricas.

Con la energía proporcionada por la pila de combustible las furgonetas dispondrían de potencia suficiente para, por ejemplo, rodar en vías rápidas, de manera que la batería sólo intervendría cuando es necesaria más energía por las condiciones de la ruta, aceleración o carga. También, como en cualquier FCEV, lo haría en el momento de arranque en el que la pila aún no ha alcanzado la temperatura adecuada para transformar hidrógeno y oxígeno en electricidad. La autonomía sería superior a los 400 km.

Según Stellantis, más del 83 por ciento de los clientes de este tipo de vehículos no realiza trayectos de más de 200 kilómetros y el 44 por ciento jamás supera los 300 kilómetros.

Stellantis producirá una pequeña serie de estas versiones de hidrógeno en la planta de Rüsselsheim am Main.

Las furgonetas FCEV de Stellantis se fabricarán en la planta de Rüsselsheim (Alemania) de Opel en tanto que ésta es la marca a la que se han encomendado las actividades con pila de combustible y, por otro lado, la producción - no se ha definido el número de furgonetas que se fabricarían, pero todo indica que será una pequeña serie- contaría con el apoyo financiero del gobierno alemán, quien aportaría 5,7 millones de euros.

Tendría una capacidad de remolque de una tonelada y una carga útil de 1,1 toneladas y hasta 6,1 m3, como las versiones eléctricas; aunque, en este caso, los FCEV sólo estarían disponibles en longitudes de 4,96 y 5,30 m, prescindiendo de la variante XS de 4,60 m.