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Bangkok propone un referéndum como salida a la crisis política

  • Pese a la presión de grupos que piden su dimisión, el primer ministro tailandés, Sundarajev, asegura que continuará en el cargo para preservar la democracia

El Gobierno de Tailandia acordó ayer celebrar un referéndum para resolver la crisis política desatada por las protestas contra el primer ministro Samak Sundarajev, sometido a fuertes presiones para que dimita y casi desautorizado por un Ejército que elude aplicar el estado de excepción que decretó hace dos días.

Con esa iniciativa, Sundarajev sorprendió a sus detractores y a los miles de manifestantes que desde el pasado 26 de agosto ocupan el palacio de Gobierno, que han convertido en un campamento amenizado por bandas de música y varios puestos de comida.

El referéndum, rechazado de inmediato por los líderes de la multitud que controla la sede gubernamental y considerado como un recurso para ganar tiempo, fue anunciado tras la reunión que el Gabinete mantuvo, por segundo día consecutivo en el cuartel general de las Fuerzas Armadas.

Sundarajev señaló que conseguirá que el referéndum sea aprobado rápidamente por el Parlamento después de que el Consejo de Estado examine la legislación para su celebración.

"La campaña de cara al referéndum durará al menos un mes durante en el que los dos bandos podrán transmitir el mensaje que deseen", explicó el primer ministro sin dar fechas.

Ni Sundarajev ni nadie de su Gabinete explicó a qué tendrán que responder los tailandeses en las urnas, pero la víspera, diputados del partido gobernante indicaron que mediante la consulta se preguntará, posiblemente, si "el Gobierno debe continuar, dimitir o ser disuelto para convocar elecciones anticipadas".

"Propongo que el referéndum formule otra pregunta, como ¿aprueba usted la corrupción en el Gobierno", comentó con ironía Prasert Sitheemorn, empresario y destacado miembro de la antigubernamental Alianza del Pueblo para la Democracia, organizadora de las protestas.

Unas horas antes y en un discurso emitido por la radio e statal, el primer ministro rechazó de manera categórica que vaya a dimitir o a disolver el Parlamento para solventar la situación y contentar a los manifestantes de la Alianza.

"No me puedo marchar dado que de acuerdo al sistema democrático ningún grupo puede obligarme a dimitir", señaló .

En su discurso de casi una hora de duración, el gobernante añadió que "voy a seguir para preservar la democracia en el país. Todo el mundo nos está observando".

Sundarajev, primer ministro desde hace siete meses, está bajo presión para que dimita desde que el pasado martes una persona murió y otras 44 resultaron heridas en enfrentamientos entre manifestantes de la Alianza y partidarios del Gobierno.

La presión sobre el mandatario se acentuó al día siguiente con la renuncia del ministro de Asuntos Exteriores, Tej Bunnag, veterano diplomático y secretario del rey Adulyadej cuya salida del Gabinete ha sido interpretada por muchos tailandeses como una señal de que la Corona no confía en el primer ministro y su Gobierno.

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