La polémica del negacionismo El obispo Williamson, seguidor de Lefèvre, provoca un seísmo

Días duros para el papa Ratzinger

  • El perdón del Vaticano a un obispo ultraconservador que niega la existencia del Holocausto ha provocado una enorme conmoción en su Alemania natal

Cuando Joseph Ratzinger pasó a ser Benedicto XVI en 2005, su Alemania natal lo celebró a bombo y platillo, pero su reciente rehabilitación de un obispo que niega el Holocausto transformó ese júbilo en un bochorno reflejado el martes por la propia canciller, Angela Merkel.

Merkel juzgó "totalmente insuficiente" la aclaración del Vaticano sobre la reciente decisión papal de levantar la excomunión al arzobispo británico Richard Williamson, que en la televisión sueca negó la existencia de las cámaras de gas en las que los nazis mataron a seis millones de judíos.

La jefa del Gobierno alemán, que es protestante, se refería a las palabras de un alto prelado vaticano, el cardenal Walter Kasper, que reconoció "errores" de gestión y comunicación por parte de la Santa Sede en la rehabilitación de Williamson.

"Si la actitud del Vaticano puede dar la impresión de que se puede negar el Holocausto, entonces se trata de temas fundamentales sobre la relación con el judaísmo", explicó Merkel durante una conferencia de prensa, al subrayar que, "por regla general", no comentaba las decisiones de la Iglesia católica.

Sin embargo, la decisión papal ha levantado ampollas entre la mayoría de los alemanes, para quienes la decisión del Papa ensombreció los esfuerzos del país desde el final de la Segunda Guerra Mundial para borrar una página abominable de su historia y lograr su completa rehabilitación a nivel internacional.

"El Papa cometió un grave error. (...) Benedicto XVI ha causado un grave daño a la imagen de Alemania en el mundo. Si alguien en Alemania niega el asesinato de seis millones de judíos, es perseguido por la Justicia", denunció el martes en su editorial el diario popular Bild.

El semanal Der Spiegel trata de analizar, asimismo, por qué "daña a la Iglesia católica" un Papa alemán, que desde que se convirtió en el jefe de los 1.100 millones de católicos existentes en el mundo hizo controvertidas declaraciones, a veces juzgadas como ofensivas, sobre los musulmanes, las mujeres, los homosexuales e incluso los científicos.

La comunidad judía alemana ha sido una de las voces más duras en alzarse contra la anulación de la excomunión a cuatro obispos de la Fraternidad de San Pío X, entre ellos Williamson, excomulgados hace 20 años por el papa Juan Pablo II por rechazar el Concilio Vaticano II.

"Lo que ha hecho Benedicto XVI es inexcusable", subrayó en una entrevista a Der Spiegel Salomon Korn, vicepresidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, que ha suspendido hasta nueva orden todo diálogo con la Santa Sede.

"Consideraba a Ratzinger un hombre circunspecto y clarividente. Aparentemente, me equivoqué", añadió Korn.

El malestar es también patente en las altas instancias de la Iglesia católica alemana por considerar que la decisión papal ha provocado una "pérdida de confianza" y de "credibilidad" en Benedicto XVI.

En cambio, el arzobispo de París, el cardenal André Vingt-Trois, defendió el martes la decisión de Benedicto XVI por considerarla una señal de "apertura", si bien pidió a los obispos rehabilitados que renuncien, "real y profundamente" al negacionismo.

De momento Williamson se niega a retractarse pese al llamamiento del Vaticano, afirma el semanario Spiegel en la edición que aparece hoy.

Williamson afirma que tendría que estudiar las pruebas históricas antes de desdecirse. "Si encuentro pruebas, entonces rectificaré", afirmó el obispo. "Pero todo esto llevará tiempo", agregó.

La sensación que reina es de desconcierto y decepción que se refleja en las palabras del franciscano Martin Berni, en Ingolstadt: "El Papa lleva a la Iglesia de vuelta al medievo", y lamenta que con Benedicto las corrientes conservadoras "tengan ahora más voz que con su antecesor".

El padre Josef Kaiser, sacerdote en la ciudad natal de Ratzinger, Marktl an Inn, en Baviera, zona católica y conservadora como pocas en el país, tampoco calla su decepción. "Sí, un Papa debe estar para unir, no para dividir, pero ahora se nota una vía retrógrada. Es muy frustrante volver a caer a posiciones superadas por el Concilio", según recoge el diario Suddeutsche Zeitung en un panorama sobre el desencanto de los católicos en las tierras bávaras de Benedicto.

La pregunta que se hacen muchos es si fue un error de apreciación del Papa, que exigen que se corrija a pesar del principio de infalibilidad, o si fue una decisión deliberada.

"Este Papa es muy inteligente y de una gran cultura, pero tiene un punto débil muy grande. Tiene un estilo autocrático, no se deja asesorar, y así se producen accidentes", analiza el profesor de teología y cura Hanspeter Heinz, de Aichach, también en Baviera.

Esa opinión, sin embargo, es contraria a lo que creen dos biógrafos alemanes del Papa, Peter Seewald y Klaus-Rüdiger Mai, que están convencidos de que el Sumo Pontífice estuvo mal asesorado a la hora de tomar la decisión sobre los cuatro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios