La gran mayoría de los ciudadanos kenianos dio su visto bueno a una nueva Constitución, según los últimos datos provisionales del referéndum celebrado el miércoles y que publicó ayer la comisión electoral.

El sí obtuvo un 69% provisional con 5,5 millones de los votos y el No se quedó con un 31% y 2,5millones de votos.

La votación transcurrió sin incidentes y dos horas antes del cierre gran parte de los colegios de todo el país habían registrado una participación de más del 50%. Se calcula que acudieron a ejercer su derecho al voto unos 8 millones de personas de los 12,5 que se habían registrado.

La votación estuvo vigilada por casi 73.000 miembros de los cuerpos de seguridad, con el objetivo de evitar una repetición de la violencia postelectoral de 2008, cuando 1.300 personas murieron y más de 300.000 resultaron desplazadas.

Sin embargo, entonces la violencia se originó tras la publicación de los resultados oficiales, cuando el actual primer ministro y entonces candidato presidencial, Raila Odinga, acusó al presidente, Mwai Kibaki, de haber manipulado las elecciones para retener el puesto.

La nueva Constitución sustituiría al texto actual, que data de 1963, cuando Kenia se independizó del Reino Unido, y que según expertos internacionales necesita ser actualizado porque concede demasiados poderes al presidente y se redactó cuando sólo existía un partido político.

El nuevo texto permitirá modernizar y democratizar Kenia, ya que reconoce las figuras de un presidente y un primer ministro, crea un Senado como nueva cámara alta, descentraliza la administración devolviendo poderes a las regiones y distritos, y ayudará a superar las divisiones tribales que asolan al país desde su independencia en 1963.

Mientras, la responsable de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, felicitó al pueblo keniano por el referéndum, que supone un "evento histórico" que promoverá las reformas en el país.