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McCain marcará distancias con Bush en su convención

  • El candidato, que necesita distinguirse del actual inquilino de la Casa Blanca, suspende los actos de apertura de la cumbre republicana por la amenaza del huracán 'Gustav'

Una convención se supone que es una fiesta del partido, pero en la republicana, que comienza hoy, un objetivo primordial de John McCain será distanciarse del presidente George W. Bush y del aparato partidista en Washington. En este sentido, la metereología ha acudido en ayuda de McCain ya que ni Bush ni el vicepresidente Cheney acudirán a la primera jornada de la Convención debido a la presencia en el país del huracán Gustav. El problema es que también obligó a suspender todos los actos previstos para hoy en la cumbre del partido, salvo los estrictamente necesarios para nombrar oficialmente al senador candidato a la Casa Blanca.

Con la popularidad del actual mandatario por los suelos, los demócratas han adivinado una vía de agua en el buque de McCain y, en su propia Convención, que terminó el jueves, describieron hasta la saciedad una eventual victoria de McCain como lo mismo que un tercer mandato de Bush.

Por ello, la campaña del senador republicano "tiene que crear separación" frente a Bush, opina Darrell West, vicepresidente de la Institución Brookings, un centro de estudios. McCain ya ha empezado a hacerlo con la elección el viernes de Sarah Palin, gobernadora de Alaska, como vicepresidente. Palin, de tan sólo 44 años, carece de vínculos con el círculo de Bush y se presentó a las primarias de su partido para ser gobernadora pese al rechazo de los jefes republicanos de Alaska.

"Éste es un momento en el que los principios y la independencia política importan mucho más que simplemente la línea de partido", dijo la gobernadora en Dayton (Ohio), donde tuvo lugar su presentación oficial como candidata a la vicepresidencia.

Al mismo tiempo, en la convención los republicanos usarán la atención de los medios de comunicación y los discursos en horario de máxima audiencia para ir al ataque, según los expertos.

"Probablemente veremos un montón de comentarios negativos sobre Obama", predijo Steven Greene, profesor de ciencias políticas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

A juicio de West, "la convención reflejará lo que sus anuncios republicanos han hecho recientemente: atacar a Obama por su falta de experiencia y por unos valores que no son convencionales", al pintarle como un elitista alejado del día a día de la clase media.

Pero para algunos analistas, los ataques contra Obama no son una señal de fuerza, sino que ocultan una debilidad de McCain: su falta de atracción en la derecha religiosa, que es un bloque clave de la base republicana.

En las primarias ya se demostró que a los evangélicos estadounidenses no les hace gracia el senador de Arizona, pues apoyaron mayoritariamente a su rival Mike Huckabee, ex gobernador de Arkansas y ex pastor baptista.

Ante las grietas en su partido, McCain ha optado por apuntar a un enemigo común contra el que lanzar juntos los arietes.

"McCain motiva a los evangélicos al darle duro a Obama", dijo John Fortier, un experto del Instituto de Empresa Estadounidense, un centro conservador.

Los grupos conservadores han acogido bien a Palin, pues pese a ser una desconocida en la política nacional, es una ardiente anti-abortista. Aun así, los analistas ven menos entusiasmo entre las huestes republicanas que entre las demócratas. Sintomático es el número de asistentes calculados para ambas convenciones: 45.000 a la republicana y más de 80.000 a la demócrata.

Se trata de un año difícil para los republicanos, dado el cansancio tradicional tras ocho años de gobierno de un mismo partido, los problemas económicos y la radiactividad que desprende Bush para su partido. Por ello, el equipo de McCain intentará pintar al senador como un hombre independiente que ha defendido sus ideas sin importarle oponerse a los dictados de su partido.

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