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Miles de campesinos huyen de los combates entre Tailandia y Camboya

  • Soldados de ambos países volvieron a enfrentarse el domingo a pesar de la existencia de un precario alto el fuego

Las tropas de Camboya y Tailandia se enfrentaron ayer por cuarto día consecutivo alrededor del templo de Preah Vihear, una zona fronteriza que reclaman los dos países, tras romper el alto el fuego acordado el sábado y provocaron el éxodo de miles de campesinos que huyen de los combates.

El último choque comenzó cuando tropas tailandesas intentaron recuperar los cadáveres de los soldados muertos en el enfrentamiento del sábado.

El portavoz gubernamental camboyano, Phay Siphan, explicó que los enfrentamientos se detuvieron sobre la medianoche pero que al amanecer empezaron de nuevo con un intercambio de fuego de artillería y armas automáticas que duró varias horas.

Las hostilidades cesaron tras un nuevo alto al fuego acordado por los jefes militares que por la noche todavía se respetaba.

A esa hora, soldados tailandeses se habían retirado de varios puestos fronterizos mientras el silencio y la oscuridad reinaba en la zona donde las casas habían sido abandonadas por los vecinos. Los combates dejaron al menos una veintena de heridos y ocurrieron a pasar del alto el fuego pactado entre ambas partes tras las primeras escaramuzas que entre el viernes y el sábado causaron al menos cinco muertos, entre ellos un civil tailandés y otro camboyano. Miles de personas a ambos lados de la frontera tuvieron que dejar sus hogares.

Según el gobernador de la provincia tailandesa de Si Sa Ket, Somsak Suwansujalit, al menos 15.000 tailandeses han huido desde que comenzaran los enfrentamientos.

Tras los combates, el Gobierno camboyano denunció que la artillería tailandesa había provocado el hundimiento de una de las alas del templo jemer del siglo XI, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008.

El primer ministro de Camboya, Hun Sen, pidió una reunión urgente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a través de una carta en la que achacó a Tailandia los "actos de agresión" contra Camboya que "amenazan gravemente la paz y la estabilidad en la región". Posteriormente, en un acto de graduación en una Universidad de Phnom Penh, Hun Sen pidió a Naciones Unidas el despliegue de fuerzas de paz.

El portavoz del Ejército tailandés, el coronel Sansern Keowkhamnerd, aseguró que "hemos respondido con dignidad y no hemos invadido a nadie".

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se mostró "profundamente preocupado" por la violencia y pidió "máxima contención" a las dos partes.

Desde China, el portavoz del ministerio de Exteriores, Hong Lei, pidió "contención" a sus "amigables vecinos" para que pongan fin a la escalada militar y resuelvan sus disputas mediante consultas y negociaciones.

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