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Mugabe negocia con el Ejército pero se resiste a dejar la Presidencia

  • La oposición pide su dimisión y un Gobierno de transición en Zimbabue

  • La Unión Africana rechaza el "golpe de Estado militar"

Un vehículo armado militar permanecía ayer estacionado en una calle de Harare.

Un vehículo armado militar permanecía ayer estacionado en una calle de Harare. / aaron ufumeli / efe

El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, se resiste a presentar la dimisión como parte de las negociaciones con los militares, que se levantaron contra su Gobierno y lo mantienen confinado en su casa, informaron ayer medios locales.

Por su parte, el líder opositor Morgan Tsvangirai exigió ayer la dimisión de Mugabe y la celebración de nuevas elecciones tras la toma de control por parte del Ejército, que dejó un clima enrarecido en el país. Al parecer, los militares buscaban encontrar una salida decorosa para Mugabe, en el poder desde 1980.

El diario estatal The Herald difundió fotos en las cuales se ve a Mugabe en la Presidencia conversando con el jefe del Estado Mayor, Constantino Chiwenga, y mediadores, entre ellos la ministra de Defensa sudafricana, Nosiviwe Mapisa-Nqakula.

Debe haber un "mecanismo de transición" que allane el camino hacia unas "elecciones libres, justas y fiables", dijo en Harare Tsvangirai, que apareció debilitado en su regreso a Zimbabue tras una estancia en un hospital de Sudáfrica. El objetivo es "una vuelta completa a la legitimidad y a un Gobierno civil". Tsvangirai no criticó la toma de poder por parte del Ejército.

También la ex vicepresidenta Joice Mujuru pidió una "solución de transición" hasta las elecciones.

Los militares tomaron el poder en la noche del martes, aunque aseguraron que no se trataba de un golpe de Estado sino de una medida pasajera. Mugabe, de 93 años, fue puesto bajo arresto domiciliario. Se desconoce dónde se encuentra su esposa y aspirante a sucederlo, Grace Mugabe, de 52.

La pugna por la sucesión de Mugabe se endureció la semana pasada después de que éste echara a su vicepresidente y posible sucesor, Emmerson Mnangagwa.

El Ejército siempre ha respaldado a Mugabe, pero también tiene estrechos vínculos con Mnangagwa, a quien se considera aliado del general Chiwenga. Los observadores creen que las Fuerzas Armadas quieren que suba al poder el Cocodrilo, sobrenombre de Mnangagwa. A él y a Chiwenga los une el rechazo a la primera dama.

En Harare se respiraba ayer una tensa calma después de cierto júbilo inicial cuando el Ejército informó de que había tomado el control. La mayoría de la gente asistía a su trabajo en Harare, se veía a personas en las tiendas y a niños en las escuelas, aunque seguía habiendo vehículos acorazados y soldados estacionados en edificios clave del Gobierno.

Por su parte, el jefe de Estado de Guinea, Alpha Condé, como presidente en ejercicio de la Unión Africana (UA), aseguró ayer que no aceptarán "nunca" lo que calificó de "golpe de Estado militar" en Zimbabue y reclamó la vuelta al orden constitucional en el país.

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