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Tsipras vuelve a tocar a la puerta de Merkel y Hollande en busca de apoyo

  • El primer ministro griego reclama el respaldo de Alemania y Francia en la recta final hacia un acuerdo con los acreedores

Grecia parece haber entrado en la recta final hacia un acuerdo básico con los acreedores y, tras los avances técnicos, el primer ministro, Alexis Tsipras, buscó ayer el apoyo político de Alemania y Francia. Tsipras mantuvo una teleconferencia, la segunda en tres días, con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, con el objetivo de dar un impulso político a las negociaciones que a nivel técnico parecen haber avanzado en los últimos días. Fuentes gubernamentales griegas dijeron que la conversación duró 35 minutos, transcurrió en ambiente "muy bueno" y que todas las partes coincidieron en la necesidad de lograr pronto una solución.

Durante todo el fin de semana no ha habido informaciones oficiales, pero sí algunas entrevistas y filtraciones que apuntaban a que en los últimos días realmente ha habido avances en las negociaciones con las denominadas instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).

Según los medios locales, el Gobierno griego ha empezado a redactar un primer borrador de acuerdo, que incluiría los puntos en los que hay consenso.

Tras una reunión del equipo económico gubernamental el sábado durante ocho horas, el Gobierno habló de una "mejora general en temas críticos", pero reconocieron que todavía hay algunos puntos que se tienen que aclarar.

De acuerdo con informaciones de la agencia de noticias griega AMNA no confirmadas oficialmente, en las negociaciones en Bruselas hay convergencia de opiniones respecto al espinoso tema del IVA, la restricción de las jubilaciones anticipadas, así como la unificación gradual de los fondos de pensiones.

El debate sobre el IVA se ha convertido en uno de los temas claves de los últimos días, pues los socios han planteado una reforma del régimen de recaudación que contemple ingresos anuales por valor de 1.800 millones, mientras que el Gobierno de Atenas ofrece una propuesta que tan sólo asegura recaudar unos 800 millones.

El ministro griego del Interior, Nikos Vutsis, quien dijo el sábado que el Gobierno confiaba en lograr por fin un acuerdo la próxima semana, dejó entrever que este compromiso supondrá aplazar algunas de las promesas electorales de Syriza. "Algunas partes de nuestro programa podrían ser retrasadas seis meses o tal vez un año", dijo. Vutsis no ofreció detalles sobre cuáles podrían ser las medidas que se atrasarían pero en las últimas semanas varios ministros han adelantado que el controvertido impuesto inmobiliario que debía ser abolido este año en su formato actual seguirá vigente hasta el próximo.

Además, entre las promesas que, según los medios, podrían no aplicarse de momento estaría la de eliminar el impuesto de solidaridad creado al estallar la crisis, o la de restaurar la base impositiva exenta en 12.000 euros al año (actualmente se pagan impuestos a partir del primer euro de ingresos).

El objetivo de Atenas es que el compromiso de mínimos que se pueda cerrar en los próximos días sirva para facilitar el desembolso -al menos parcial- de los 7.200 millones del rescate y además incluya una referencia a una futura reestructuración de la deuda y a un paquete de inversiones.

Para Tsipras éstos son dos puntos cruciales para que Grecia pueda volver al crecimiento y dos mensajes para poder obtener el respaldo de Syriza en una votación parlamentaria.

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