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Turquía bombardea al Estado Islámico y abre sus bases a la coalición antiyihadista

  • La Policía turca ha arrestado a cerca de 300 simpatizantes del Estado Islámico, de la guerrilla kurda y células marxistas.

Turquía bombardeó este viernes por primera vez posiciones del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria, un cambio en la política llevada hasta ahora por el gobierno islamista, que además ha abierto sus bases a los aviones de la coalición antiyihadista liderada por EEUU. Al mismo tiempo, en una amplia operación policial en todo el país, dirigida contra simpatizantes de la guerrilla kurda y el EI, fueron detenidas unas 300 personas por presunta vinculación con grupos terroristas.

Ambas operaciones arrancaron de madrugada, pero mientras que la intervención aérea en Siria duró apenas 13 minutos, la oleada de detenciones no se quedará en un episodio aislado, según el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. "Esto no es una cosa de una tarde que luego se acaba. Esta noche se ha convertido en un punto de partida muy importante", dijo también el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en referencia a la operación policial que se dirige contra todo tipo de organizaciones terroristas, sean yihadistas, marxistas o del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

En el tema de la lucha contra el EI, la base aérea de Incirlik, "se utilizará en un marco claramente definido", indicó Erdogan, confirmando un acuerdo por el que el Pentágono podrá utilizar esas instalaciones en el sureste turco para sus vuelos contra el EI.

La operación militar turca contra el Estado Islámico arrancó el jueves sobre las 12:30, después de que un comando yihadista ametrallase desde una camioneta un puesto fronterizo turco en la provincia de Kilis, matando a un oficial e hiriendo a dos sargentos. Las tropas turcas respondieron de inmediato con fuego de artillería, que destruyó tres vehículos del EI y mató a un presunto yihadista, tras lo que abrieron fuego de mortero contra otras posiciones yihadistas en la zona.

Por la noche, unidades turcas estacionadas en Karkamis, en la vecina provincia de Gaziantep, dispararon con morteros contra objetivos del EI y a las 00.12 GMT de la madrugada de este viernes, tres cazas F-16 despegaron de la base aérea de Diyarbakir para bombardear durante 13 minutos tres posiciones de los yihadistas en el distrito sirio de Al Bab, al noreste de Alepo. Los aparatos lanzaron cuatro bombas teledirigidas contra dos cuarteles del EI y un punto de reunión, sin necesidad de penetrar en el espacio aéreo sirio, afirmó Davutoglu, cosa que, según añadió, se habría producido de haber sido necesario.

Según el diario Hürriyet, al menos 35 yihadistas murieron en la intervención. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos cifra en al menos nueve los extremistas muertos.

Davutoglu prometió que Ankara continuaría "vigilante", si bien en el transcurso del día, la frontera ha permanecido tranquila. "La operación contra el EI ha alcanzado sus objetivos y no terminará aquí. Observamos continuamente el movimiento en Siria y en las regiones fronterizas. Reaccionaremos con fuerza contra el más mínimo movimiento que amenace a Turquía", señaló.

Poco después de las palabras de Davutoglu, el ministerio de Exteriores anunció que Turquía abría sus bases a los aviones de la coalición internacional antiyihadista. Turquía no había participado hasta el momento en los bombardeos de la coalición contra los yihadistas en Siria e Irak, que comenzaron en septiembre y agosto pasado, respectivamente. "Turquía y Estados Unidos han decidido profundizar aún más en su cooperación en la lucha contra el EI", indicó un comunicado de Exteriores.

En el despliegue militar contra los yihadistas "también participarán aparatos de las Fuerzas Armadas Turcas", precisó el texto.

El cambio se ha producido porque "Turquía se ha visto expuesta a ataques terroristas. Hay acciones simultáneas del Estado Islámico y del PKK", según las palabras del primer ministro. Davutoglu mencionó la masacre de Suruç, cometida el lunes por un supuesto yihadista suicida durante una reunión de la izquierda kurda, y la muerte de tres policías, uno fallecido el lunes en un tiroteo con el PKK y otros dos asesinados el miércoles en su domicilio, acción que fue reivindicada por la guerrilla kurda.

"El PKK, el EI y el DHKP-C (un grupúsculo marxista) atacan la democracia. La operación que ha arrancado hoy no es un hecho aislado sino que implica un proceso", anunció el jefe del Gobierno turco. "No permitiremos que personas armadas y enmascaradas se paseen por la calle", advirtió en alusión a quienes desfilaron de tal modo durante el entierro de una de las 32 víctimas del atentado de Suruç.

Este giro del gobierno ha sido definido por el partido izquierdista y prokurdo HDP, el cuarto del Parlamento, como un "lavado de cara" del AKP, el partido islamista en el poder desde 2002 y que intenta forjar una coalición tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del pasado junio.

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