Turquía espera en tensa calma el desenlace del secuestro de dos pilotos en Líbano

En medio de las fiestas del fin del mes de Ramadán, el secuestro de dos pilotos turcos ayer ha causado menos revuelo del que cabía esperar en la tensa situación política turca.

La primera reacción oficial partía del ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, quien pidió a todos los ciudadanos turcos que no viajen a Líbano, si no era absolutamente imprescindible. Poco después, el presidente, Abdullah Gül, se encargó de tranquilizar a la opinión pública, asegurando que se estaba haciendo todo lo posible para garantizar la vuelta de los dos pilotos.

Quién brilla por su ausencia es el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en contraste con su habitual omnipresencia mediática.

El secuestro del piloto Murat Akpinar y del copiloto Murat Agca en la madrugada del viernes en la ciudad de Beirut es un punto negativo para Erdogan, ya que se trata de una obvia represalia por el apoyo diplomático que el Ejecutivo turco presta a los rebeldes sirios.