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Turquía, un puente entre Oriente y Occidente

  • Islam y Democracia (II): la adhesión de Ankara a la UE divide a los europeos en dos bandos prácticamente irreconciliables

Si hay algún país que ejemplifica las dificultades para compaginar islam y democracia, ése es, sin duda, Turquía. El hecho de que la mayoría de la población turca profese la religión musulmana es el principal obstáculo para que el país pueda integrarse definitivamente en la Unión Europea, aunque los partidarios más recalcitrantes de las raíces cristiana de Europa no hayan conseguido introducir su pensamiento en el preámbulo del Tratado de Lisboa.

Pero la realidad es que después de décadas de esfuerzos, Turquía apenas ha logrado entreabrir la puerta de la UE. Turquía, que alberga la cuarta ciudad más grande de Europa y la antigua capital del Imperio romano de Oriente vio su candidatura paralizada en 2005 por la negativa austriaca. Pese a sus esfuerzos, el debate para su adhesión en medio de la presente crisis económica actual en la que está sumergida Europa se inclina más hacia el no que hacia el sí.

En las últimas semanas el país ha vuelto a la primera página debido a los enfrentamientos entre el Partido en el Gobierno, el islamista moderado AKP, y la prensa. Lo que puede considerarse como una "derrota democrática" para el país, afirma a este diario Richard Youngs, politólogo investigador de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo (Fride).

Y las recientes dificultades para la libertad de prensa no han sido los últimos pasos atrás de Turquía. En marzo hubo "manifestaciones del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) que fueron severamente reprimidas por el Ejército turco, dejando más de 200 heridos", asegura el experto. Y es que Turquía al igual que China, no contempla los derechos humanos de algunas minorías, tales como la kurda.

De los 73 millones de turcos, 12 son de origen kurdo pero las autoridades turcas niegan la existencia de una minoría kurda en el país, ya que la Constitución turca sólo reconoce como minorías a las establecidas en el Tratado de Lausana y los kurdos no están.

"Los analistas piensan que el retroceso democrático se debe a la negativa de los principales países europeos a aceptar a Turquía como Estado miembro", opina Youngs. El eterno debate de hasta dónde debe abrirse la UE y cuáles son los criterios de adhesión.

Sin embargo para muchos expertos, las razones dadas por Alemania y Austria para vetar el ingreso turco (no reconocimiento de la minoría kurda ni del genocidio armenio), no son más que excusas puesto que en este año las relaciones entre Turquía y Armenia han mejorado notablemente.

Youngs opina que Turquía es una democracia pero "no consolidada" y que si la Unión Europea no pone de su parte, puede quedarse en una zona gris entre democracia y autoritarismo. En este sentido, "España goza de una buena posición en la UE para impulsar el acceso turco, debe mantener esa posición y reaccionar en contra de los países europeos que bloquean su adhesión", asegura.

Pero con los bancos europeos en quiebra y el retroceso de los derechos humanos en Turquía, es menos probable que haya un matrimonio entre Ankara y Bruselas. Como en el resto del mundo, los turcos tienen la sensación de que "Obama va a cambiar las cosas", afirma Youngs. Y es que Washington apoya el ingreso del Estado de mayoría musulmana en la UE.

Pero Bruselas no sólo exige el respeto escrupuloso a los derechos humanos, sino una reducción de la influencia del Ejército.

El sistema política actualmente vigente en Turquía es el resultado de la intervención militar de 1980. La nueva Constitución establece la existencia de un Consejo de Seguridad Nacional (MGK), liderado por los militares, que funciona como un gobierno en la sombra. Se reúne dos veces al año y forman parte del mismo los jefes de los ejércitos, gendarmería y policía así como los ministros de interior y exteriores. Sus opiniones funcionan como órdenes inapelables que sumisamente vienen cumpliendo los diferentes gobiernos desde 1982 hasta hoy.

Además, el Ejército, por prerrogativa constitucional, goza de una amplia autonomía que facilita el nombramiento de mandos, aprobar y gestionar la política de defensa y garantizar la producción y compra de armamentos.

¿Cuáles son los retos que Turquía debe cumplir para ser una democracia? En palabras de Youngs, "los mismos que cualquier otro país islámico". Es decir: fortalecer la sociedad civil, los partidos políticos, extender los derechos humanos a las minorías y frenar los grupos violentos sin abusar del poder militar. Y es que como afirma la periodista experta en Oriente, Ángeles Espinosa: " la democracia exige la celebración de elecciones, pero las elecciones por sí mismas no son garantía de la democracia".

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