La bandera nacional afgana ondea desde ayer sobre el antiguo bastión talibán de Marjah, dos semanas después de que arrancara la gran ofensiva Mushtarak en la provincia de Helmand, en el sur del país.

Las tropas afganas y las fuerzas de coalición han matado a un centenar de combatientes talibanes desde el 13 de febrero, dijo un portavoz del Ministerio afgano de Defensa.

La ceremonia de izado de bandera, que simboliza la toma oficial del control, fue realizada en el centro de la ciudad de Marjah en medio de estrictas medidas de seguridad y en presencia de tropas afganas y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).

"A partir de ahora, habrá seguridad, trabajo y Gobierno", dijo el gobernador provincial, Gulab Mangal.

La operación Mushtarak, con más de 15.000 soldados entre afganos y extranjeros, es la mayor ofensiva realizada hasta ahora contra la insurgencia en Helmand desde el derrocamiento del régimen talibán a finales de 2001.

El Ejército afgano aprovechó para anunciar el inicio de la operación Esperanza, que se desarrollará junto a las tropas internacionales en "todos los rincones" del país y durará 18 meses.

La operación "cubre más área" de territorio que la lanzada el año pasado contra la insurgencia y tiene varias fases, que incluyen el retorno de la seguridad, el mantenimiento de la estabilidad y la reconstrucción de las zonas reconquistadas, explicó.

Mientras tanto, el ataque nocturno que las fuerzas internacionales llevaron a cabo el pasado mes de diciembre en el este de Afganistán en el que murieron diez menores de entre 12 y 18 años, ocho de ellos de una misma familia, se ejecutó en base a información de Inteligencia errónea y no debería haber sido autorizado, según informó ayer el diario británico The Times, que ha investigado lo sucedido.

"Sabiendo lo que sabemos ahora, probablemente no habría sido un ataque justificable", admitió un responsable en Kabul.