EEUU

Los aliados de Trump presionan para cerrar ya el juicio político

  • Los demócratas necesitaban cuatro votos conservadores para prolongar el proceso

  • Los republicanos querían impedir el testimonio clave de John Bolton, ex asesor de Seguridad Nacional

El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo (dcha.), y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ayer en Kiev.

El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo (dcha.), y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ayer en Kiev. / efe

La mayoría republicana de EEUU confía en cerrar rápidamente y sin convocar testigos el juicio político al presidente estadounidense, Donald Trump, que podría acabar pronto si los aliados del mandatario se salen con la suya.

Después de tres días de alegatos acusatorios, otros tres para la defensa de Trump y dos -que concluyeron el jueves- de preguntas y respuestas de ambas partes, el Senado debía decidir si se convocaban testigos. Si el resultado es negativo, el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, pretende impulsar una votación final para absolver a Trump de los dos cargos políticos que afronta por sus presiones a Ucrania.

Sólo dos republicanos desvelaron su intención de votar a favor de incluir más testigos

En ese caso, los demócratas podrían tratar de aplazar la votación proponiendo enmiendas, por lo que el proceso podría alargarse.

Por su parte, el senador republicano Lamar Alexander anunció el jueves que votará en contra de convocar a testigos, allanando el camino para terminar con el proceso. Alexander era uno de los pocos republicanos moderados dispuestos a llamar a testigos a declarar, tal y como pretenden los demócratas, junto a Mitt Romney, Lisa Murkowski y Susan Collins.

Los demócratas, que tienen 47 votos en el Senado frente a 53 los republicanos, necesitan de al menos cuatro votos oficialistas para prolongar el proceso con testigos.

El liderazgo republicano y la Casa Blanca, por otro lado, quieren impedir la comparecencia de testigos y terminar con el proceso lo antes posible.

Alexander, en un comunicado, sostuvo que "no hay necesidad de más evidencia para concluir que el presidente retuvo la ayuda (financiera) de EEUU, al menos en parte, para presionar a Ucrania a investigar a los Biden". Sin embargo, afirmó que la de Trump fue una conducta "inapropiada" pero no constitutiva de destitución.

A diferencia de Alexander, Collins sí anunció su voto favorable a llamar a declarar a testigos, como también había hecho Romney, dos votos que de momento son insuficientes para tal propósito.

En el epicentro de la convocatoria de testigos está el nombre del ex asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca John Bolton, quien dimitió en septiembre tras las presiones de Trump a Ucrania y que los demócratas esperan que confirme sus acusaciones.

Bolton ha escrito un libro que se publicará en marzo en el que parece que está dispuesto a sacar los trapos sucios de su antiguo jefe, ya que, de acuerdo a extractos filtrados el domingo por el diario The New York Times, en él afirma que el presidente le comunicó que quería seguir reteniendo la ayuda militar a Ucrania.

Ésa y otras revelaciones apuntan directamente al primero de los cargos políticos presentados por la oposición demócrata contra Trump, de abuso de poder (el otro es de obstrucción al Congreso).

"Sabemos por qué no quieren que Bolton testifique. No es porque en realidad no sepamos lo qué pasó. Simplemente no quieren que el pueblo estadounidense lo escuche, con pelos y señales", dijo el jueves ante el Senado el congresista demócrata Adam Schiff, quien ha liderado la acusación contra Trump durante el juicio.

El voto exprés que promueven los republicanos marcaría un fuerte contraste con el último juicio político de EEUU, en 1999 contra Bill Clinton, en el que el Senado convocó testigos y luego deliberó durante tres días a puerta cerrada antes de pronunciarse sobre si el mandatario era culpable.

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