Un día después de la primera ronda de las elecciones brasileñas, los dos candidatos que se enfrentarán por la Presidencia en la segunda vuelta del día 26 se disputan el apoyo de la ambientalista Marina Silva, quien terminó tercera en la contienda del domingo con más de 22 millones de votos.

La representante del Partido Socialista Brasileño (PSB), que se presentó a los brasileños como una candidata de la "tercera vía", aún no reveló su posición frente a la disputa entre la presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, y el senador opositor Aécio Neves.

La ambientalista afirmó que su posición frente a la ronda decisiva dependerá del "diálogo" con sus aliados y que cualquier acuerdo con uno de los dos candidatos a la Presidencia será negociado en base a programas de Gobierno.

No obstante, en la misma noche del domingo, Silva emitió señales claras de que tiende a respaldar a Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), para poner fin al período de 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff.

"Brasil emitió señales claras de que no está de acuerdo con lo que está ahí", expresó la política, que se presentó a los electores como representante de las "aspiraciones de cambio" expresadas en sondeos por tres cuartos de los electores y que también se reflejaron en las multitudinarias protestas populares de junio y julio de 2013.

Aliados de Silva en el PSB también expresaron apoyo a la candidatura de Neves: "Tenemos que respetar el deseo de los electores. Las urnas expresaron un sentimiento de cambio porque Marina y Aécio, juntos, obtuvieron muchos más votos que Dilma Rousseff", dijo al portal UOL Sergio Xavier, coordinador de la campaña de la candidata del PSB.

El respaldo de Silva y el PSB es vital para los planes de Neves de llegar a la Presidencia. El representante del PSDB terminó la disputa de la primera vuelta con 34,9 millones de votos, frente a los 43,27 obtenidos por Rousseff.

El senador lo dejó en claro en la misma noche del domingo, al afirmar en el discurso a sus correligionarios que "es hora de unir fuerzas". "Mi candidatura ya no es de un partido político ni de un conjunto de alianzas", expresó Neves, quien agregó que "todos aquellos que tengan alguna contribución a este proyecto serán muy bienvenidos".

La posibilidad de alianza de Silva con Rousseff parecía ayer mucho más reducida, principalmente porque, durante la campaña, la mandataria atacó duramente a la candidata del PSB, a la que acusó, entre otras cosas, de ser apoyada por los grandes bancos privados y de planear retrocesos en las políticas sociales.

No obstante, una importante aliada de la presidenta, la ministra de Derechos Humanos, Ideli Salvatti, afirmó que el Gobierno "probablemente" buscará contactar a Silva en busca de su respaldo y, en su defecto, tratará de conquistar el apoyo del PSB, que hasta el año pasado integró la coalición progubernamental.