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Los demócratas sufren un revés electoral un año después del triunfo de Obama

  • Los republicanos se imponen en las elecciones a gobernador de Nueva Jersey y Virginia · La Casa Blanca minimiza la importancia del resultado de los comicios, considerados un test para los de mitad de mandato

Los demócratas sufrieron un revés electoral en EEUU al perder el martes sus gobernadores en Virginia y Nueva Jersey a favor de los republicanos, en unos comicios locales celebrados la víspera del primer aniversario de la elección de Barack Obama.

El candidato republicano Chris Christie arrebató el cargo de gobernador de Nueva Jersey (este) al candidato saliente demócrata Jon Corzine. Christie obtuvo el 49% de los votos frente al 45 de Corzine, en una de las elecciones locales más disputadas del martes en EEUU, según los resultados oficiales preliminares. Corzine había sido respaldado activamente por Obama, que se desplazó el domingo para hacer campaña a su favor, en una disputa cabeza a cabeza contra Christie, que terminó conquistando el bastión demócrata.

En Virginia, los demócratas también sufrieron una derrota a manos de un republicano, Bob McDonnell, que también ganó la elección para gobernador con el 59% de los votos, según el escrutinio casi completo.

Los resultados del martes eran considerados como un test antes de los comicios de 2010, en que un tercio del Senado, toda la Cámara de Representantes y más de dos tercios de los cargos de gobernador estarán en juego en las elecciones de mitad de mandato, cruciales para el Gobierno de Obama.

"La victoria abrumadora del Partido Republicano en Virginia es un revés para el presidente Obama y el Partido Demócrata", dijo el presidente del Comité Nacional Republicano, Michael Steele, en un comunicado. "Envía una clara señal de que los votantes han tenido suficiente de la agenda liberal del presidente".

Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, minimizó su importancia. "No creemos que signifiquen demasiado de cara a 2010. No creo que el presidente los considere como significativos para nuestros esfuerzos legislativos y para el futuro político", comentó.

Los sondeos a pie de urna realizados indicaron que el 55% de los votantes de Virginia y el 60 de los de Nueva Jersey dijeron que su decisión no tomó en consideración la actuación del presidente.

Por otro lado, en el norte del Estado de Nueva York, donde estaba en juego un escaño en el Congreso federal, la elección fue un premio consuelo para los demócratas, cuyo candidato Bill Owens se impuso con el 49%, según los resultados preliminares.

Este resultado es un signo de preocupación para los republicanos, que aún tienen dificultades para decidir una dirección clara. De hecho, las largas luchas internas entre los republicanos favorecieron la victoria de Owens, que se hizo con un distrito junto a la frontera canadiense cuyo congresista no era demócrata desde hacía cien años.

Este distrito completamente desconocido saltó a la arena nacional después de que una serie de figuras representativas del Partido Republicano dieran la espalda a su candidata, Dede Scozzafava, una moderada de tendencia izquierdista y sensibilidad social. Scozzafava fue forzada a abandonar la campaña el sábado y, por sorpresa, dio su apoyo a Owens.

En otra elección importante pero sin consecuencias para la batalla entre republicanos y demócratas, el alcalde de Nueva York y hombre más rico de la ciudad, Michael Bloomberg, resultó reelegido para un tercer mandato. Bloomberg, candidato independiente, obtuvo el 51% de los votos frente al demócrata William Thompson quien, a pesar de superar ampliamente los pronósticos de las encuestas, con un 46% de apoyos, no logró arrebatar la alcaldía al magnate de los medios.

Elegido por primera vez en 2001, dos meses después del 11-S, Bloomberg obtuvo un tercer mandato de cuatro años tras invertir en la campaña electoral 100 millones de dólares de su fortuna personal.

Los votantes también eligieron alcaldes en otras ciudades importantes como Atlanta, Pittsburgh, Detroit, Houston y Seattle.

Por su parte, Maine rechazó por un estrecho margen de 53 a 47% una ley que avaló el matrimonio homosexual, mientras los votantes del Estado de Washington podrían haber aprobado el derecho de los homosexuales a la unión civil por un apretado 51 a 49%.

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