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Dos detenidos tras el asalto al Palacio de Obiang en Malabo

  • El partido opositor, Unión Popular, teme una ola de represión contra los disidentes al Gobierno

Dos opositores guineanos han sido detenidos tras el frustrado asalto al Palacio Presidencial de Malabo del pasado martes, informaron fuentes opositoras, que expresaron su temor a una ola de represión contra los disidentes al Gobierno de Teodoro Obiang Nguema. 

Marcelino Nguema Esono y Santiago Asumu fueron detenidos el pasado jueves, según confirmaron fuentes de su partido, Unión Popular, que explicaron que aún no han podido contactar con ellos desde entonces y desconocen su paradero. 

El ministro de Información, Jerónimo Osa, no confirmó hoy en conversación telefónica con Efe desde Malabo ambas detenciones, aunque aclaró que las fuerzas de seguridad guineana continúan con las pesquisas para localizar a posibles implicados que continúan "infiltrados" en la isla, en alusión al grupo de desconocidos que asalto la sede presidencial. 

El Gobierno de Malabo, que atribuye el ataque "terrorista" al Movimiento de Emancipación del Delta del Niger (MEND, por sus siglas en inglés), trata de esclarecer el móvil de los asaltantes, explicó el ministro guineano, quien indicó que hay una quincena de detenidos. 

Osa añadió que las autoridades guineanas no pueden pronunciarse sobre el móvil del asalto al Palacio Presidencial "hasta que no tengamos todos los elementos" de la investigación, por lo que dijo "somos prudentes". 

Para el ministro de Información guineano que el móvil del robo no necesariamente es tan verosímil pues "el Palacio presidencial no es un banco" 

Sin embargo, el propio presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, en unas declaraciones ayer en la televisión pública local advirtió que hay "una conexión de los invasores con grupitos dentro de Guinea". 

Los opositores al Gobierno de Teodoro Obiang Nguema temen ahora que el frustrado asalto desate una persecución de los políticos opositores, que condenaron el ataque el mismo día, tras una reunión con el ministro del Interior guineano, Clemente Ngonga, a quien pidieron que la situación se mantuviese bajo control, para que no sufran los inmigrantes inocentes. 

Tras el asalto también por un grupo de desconocidos fuertemente armados en diciembre de 2007 a una entidad bancaria de Bata, la capital continental, las detenciones y malos tratos a extranjeros desataron las protestas de los países vecinos. 

La oposición guineana rechazó el martes el asalto y afirmó que no podía aceptar la injerencia de un grupo de "rebeldes extranjeros".

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