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Al menos 30 disidentes detenidos en Cuba tras la muerte de un preso político

  • Orlando Zapata falleció después de 85 días en huelga de hambre · La oposición de la isla denuncia una "ola de represión" · El presidente Raúl Castro lamenta el deceso y culpa de él a Estados Unidos

Al menos 30 personas han sido detenidas en las últimas horas en Cuba en medio de una "ola de represión" desatada por el Gobierno de Raúl Castro contra la disidencia que condenó la muerte del preso político Orlando Zapata Tamayo, informó ayer la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.

Los ataques contra los disidentes comenzaron poco después de que se conociera la noche del martes (madrugada en España) el fallecimiento de Zapata Tamayo, de 42 años, quien se mantuvo 85 días en huelga de hambre, afirmó el presidente de la comisión, Elizardo Sánchez.

Las detenciones, comentó Sánchez, se han producido en la zona este de la isla, pero especialmente en la provincia de Holguín, donde será el entierro del disidente fallecido. En el algunos casos han sido "cuasi detenciones" porque las fuerzas de seguridad han prohibido a los opositores salir de sus casas para asistir al velatorio, agregó.

A este respecto, Rebeca Rodríguez, esposa de uno de los presos políticos y miembro de las Damas de Blanco, aseguró que la situación es "muy tensa" y "no vamos a poder dar ni un paso porque cualquier cosa que hagamos será reprimida". Rodríguez recordó que el miércoles 3 de febrero una treintena de opositores, incluyendo esposas de los presos políticos, fueron detenidos por unos días en la localidad de Camagüey por acompañar a la madre de Zapata, Reina Luisa Tamayo, a realizar varias visitas a instituciones públicas en las que pidió mejoras en las condiciones de encarcelamiento de su hijo.

El presidente del no reconocido Partido Socialdemócrata de Cuba, Vladimiro Roca, informó de que en La Habana se produjeron al menos cuatro detenciones de disidentes que estaban apoyando a las Damas de Blanco. "Fueron sacados de sus casas por la Policía", señaló.

Por su parte, el Gobierno cubano lamentó ayer la muerte del disidente y culpó de ella a Washington, en medio de un llamativo silencio de los otros gobiernos latinoamericanos y de una catarata de condenas y peticiones de libertad para Cuba en Europa y EEUU.

El presidente cubano, Raúl Castro, "lamentó" la muerte de Orlando Zapata, aseguró que es el resultado de la relación con EEUU y afirmó que en la isla no hay torturas, en un breve comunicado enviado a la prensa extranjera.

La Comisión Europea, por medio del portavoz John Clancy, lamentó "profundamente" la muerte de Zapata, quien reclamaba ser tratado como un "preso de conciencia" y cumplía una pena de 36 años por varios delitos, como desacato.

Zapata, un albañil de 42 años, era uno de los 75 disidentes detenidos en 2003, en una operación ahora conocida como Primavera Negra, y acusados de conspirar con EEUU, atentar contra la independencia del Estado y socavar los principios de la revolución.

Además de manifestar sus condolencias a la familia de Zapata, Clancy recordó que "la UE ha pedido en muchas ocasiones al Gobierno cubano que mejore de manera eficaz la situación de los derechos humanos en el país mediante la liberación incondicional de todos los presos políticos".

La misma petición hizo el portavoz del departamento de Estado de EEUU, Philip Crowley, quien señaló que el Gobierno de Barack Obama está "profundamente entristecido" por este fallecimiento. "La muerte de Zapata realza la injusticia de la detención en Cuba de más de 200 presos políticos que deberían ser liberados sin demora", agregó Crowley.

De momento, era llamativa la ausencia de reacciones por parte de los gobiernos de América Latina, cuyos presidentes, incluido Raúl Castro, acaban de reunirse en México para acordar la creación de nuevo organismo regional sin EEUU ni Canadá.

Por el contrario, los cubanos contrarios al régimen iniciado por Fidel Castro hace más de 50 años, tanto los exiliados como los que permanecen en la isla, criticaron duramente y responsabilizaron al Gobierno cubano por esta muerte.

Uno de ellos, Osvaldo Payá, Premio Sajarov en 2002, acusó además a Lula y a otros presidentes latinoamericanos de ser "cómplices" de las violaciones de los derechos humanos en Cuba por preferir "la relación armoniosa con la mentira y la opresión a la solidaridad abierta con el pueblo cubano". Además, en una declaración entregada a Efe en La Habana, Payá culpó al Gobierno de Raúl Castro de haber "asesinado lentamente" a Zapata y aseguró que la oposición continuará su lucha "sin odio".

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