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El falso amanecer de las egipcias

  • Los últimos acontecimientos, como la violencia ejercida sobre las mujeres, hacen temer que los cambios políticos en el país no sirvan para mejorar su situación

La esperanza de que la revolución egipcia mejore el estatus de las mujeres en el país más poblado de la región se ha debilitado en medio de unas elecciones parlamentarias dominadas por hombres e imágenes de policías golpeando y desnudando a manifestantes en las portadas de todo el mundo.

En las dos primeras rondas de los comicios parlamentarios, la participación femenina fue elevada. Muchas de ellas guardaron cola durante horas para depositar sus votos. Sin embargo, según grupos activistas, menos del 10% de las 11.000 candidatos a diputados son mujeres.

"Muchas mujeres votaron por candidatos que no servirán a sus intereses", explicó Naiera al Leith, del Centro para el Apoyo y la Educación Democrática Al Nakib, una organización no gubernamental que vigila las elecciones.

Según la ley del país, dos tercios de los escaños están reservados a las listas de los partidos y el otro tercio para candidatos independientes. Cada lista debe contar con al menos una mujer, pero su posición en la misma depende de las formaciones políticas, y la mayoría las han relegado a los últimos cinco puestos, minimizando así sus posibilidades de ganar un escaño.

Por otro lado, ninguna de las mujeres que se presentaron como independientes ganaron en las dos primeras fases de las elecciones, celebradas a finales de noviembre y mediados de diciembre. Amany Essawi, una funcionaria de 46 años, es una de ellas.

"Las mujeres no tienen voz en la declaración constitucional", apunta Essawi, en referencia al documento elaborado unilateralmente en marzo por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas tras el derrocamiento de Hosni Mubarak.

"Muy pocas (mujeres) fueron nombradas para los gobiernos siguientes (a la caída de Mubarak)", se queja la funcionaria, que se presentó por Giza, la tercera ciudad de Egipto. "En realidad, las mujeres han sido arrinconadas en el proceso de democratización".

Según Esawi, los medios de comunicación, las instituciones educativas y las propias mujeres deben aunar esfuerzos para mejorar el estatus de este colectivo y otorgarle un mayor papel en la sociedad y la política del país. Pero "el nuevo Parlamento será el que establezca las pautas educativas", se lamenta.

Desde la ONG Al Nakib, Al Leithy apunta que muchos de los votantes apoyaron a candidatos o partidos de los que apenas saben algo, en un país con un tasa de analfabetismo del 66% entre los adultos. Para muchas activistas, su lucha por mejorar sus derechos no es ahora más sencilla que bajo Mubarak.

Las mujeres estuvieron involucradas en las manifestaciones populares que derrocaron el régimen de los últimos 30 años: organizaron protestas y prestaron ayuda a los heridos en los enfrentamientos con la Policía.

Esa implicación continuó también en los recientes enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en El Cairo, donde algunas mujeres fueron brutalmente atacadas por policías.

Uno de esos ataques, en los que varios agentes golpearon y arrastraron a una mujer por el suelo con la ropa rasgada, generó condenas tanto dentro como fuera de Egipto. La imagen de lo ocurrido llegó a las portadas de los diarios egipcios y las televisiones de medio mundo.

"Nosotras -las mujeres de la revolución- trabajamos duro para movilizar las calles. Tenemos mucha experiencia y visión", defiende desde el distrito cariota Al Sahel la abogada Huda Nasrala. "En lugar de honrar nuestro papel en la revolución, hemos sido marginadas y hasta golpeadas", se queja Nasrala, que se presenta por el nuevo partido Alianza Popular Socialista.

Miles de mujeres se manifestaron en El Cairo para protestar por lo ocurrido y reclamar el fin de la violencia contra los manifestantes. El de los últimos días no fue el primer ataque contra mujeres durante las manifestaciones bajo el Gobierno del Consejo Militar. Apenas un mes después de la caída de Mubarak, unas 200 mujeres que se dirigían a El Cairo para celebrar el Día Internacional de la Mujer fueron atacadas y acosadas sexualmente por un grupo de hombres.

En marzo, otro grupo de mujeres detenidas por el Ejército fueron golpeadas y forzadas a realizar pruebas de virginidad. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas admitió que se realizaran ese tipo de tests y aseguraron que fueron necesarios para evitar que las mujeres denunciaran que fueron violadas por el personal de seguridad y de las cárceles.

Para los grupos de derechos humanos, el procedimiento fue abusivo e insultante. "Mucha gente ha criticado a esa chica en lugar de apoyarla", dice Nasrala en referencia a las críticas por supuesto comportamiento obsceno contra la mujer fotografiada mientras era golpeada por la Policía durante las manifestaciones. "Todavía tenemos un largo camino para cambiar la percepción de las mujeres en la sociedad", concluyó.

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