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La imposible reconciliación palestina

  • Siria e Irán apoyan a Hamas frente a Egipto y Arabia Saudí, que protegen al presidente palestino Mahmud Abbas

La reconciliación entre la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas y el movimiento islamista Hamas tropieza con rivalidades regionales, dado que este último está apoyado por Irán y Siria, en tanto que Abbas cuenta con el apoyo de Arabia Saudí y Egipto, entienden los expertos.

Tras la ofensiva israelí de 22 días que dejó más de 1.330 muertos palestinos, el movimiento de resistencia islámica Hamas proclamó, entre las ruinas de Gaza, una "victoria" que pretende utilizar para legitimar su poder en ese territorio que controla desde junio de 2007, tras expulsar a Al Fatah .

Hamas, que tiene mayoría en el Parlamento palestino, cuenta con el apoyo de Siria, donde está la sede de su buró político, y de Irán, dos "demonios" a ojos de EEUU.

Abbas tiene el apoyo de Egipto y de Arabia Saudí, potencias regionales aliadas de Washington, que fustiga cualquier acercamiento con Hamas, al que considera una organización terrorista.

Qatar, riquísimo emirato del Golfo donde tienen asiento una base militar estadounidense y una oficina de intereses israelí, se colocó, paradójicamente, del lado de Teherán y Damasco.

La influencia de este pequeño país petrolero supera ampliamente su tamaño, gracias a su poderosa televisión panárabe Al Jazeera, acusada por responsables deAl Fatah de servir de órgano de difusión del Hamas.

El número uno del Hamas en el exilio, Jaled Mechaal, anunció el miércoles pasado que junto a otros grupos radicales asentados en Damasco tiene intenciones de formar una organización para reemplazar a la histórica Organización para la Liberación de Palestina (OLP), dirigida por Abbas, y reconocida como "única representante legítima del pueblo palestino". Este anuncio pone en peligro las posibilidades de éxito del diálogo interpalestino que El Cairo tiene previsto impulsar a partir del 22 de febrero.

"No habrá diálogo con quien rechace a la OLP", afirmó Abbas el domingo en El Cairo, mientras Mechaal era recibido en Teherán por el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei.

"La región se ha polarizado mucho y ello hace que cualquier reconociliación (interpalestina) sea sumamente difícil", subrayó Nicolas Pelham, analista del International Crisis Group.

"Todas las partes se han concentrado en Gaza, que acentuó la polarización. En la región tiene lugar un enorme juego" que obstaculiza cualquier entendimiento palestino, consideró.

En vísperas de su diatriba contra la OLP, Mechaal y otros jefes de facciones palestinas fueron recibidos por el presidente sirio Bachar al Asad, que los instó a "explotar políticamente la victoria de Gaza".

El portavoz de Al Fatah, Ahmad Abdelrahman, denunció, aunque sin citar a Siria, una "interferencia en los asuntos nacionales palestinos" y llamó "a poner manos a la obra y resistir para liberar su tierra", en alusión a la meseta del Golán, conquistada por Israel a Siria, un frente sin embargo en calma desde 1973.

Para Zakaria al Qaq, experto en relaciones internacionales en la universidad de Al Qods, cerca de Jerusalén, "mientras los árabes sigan enredados, la reconociliación interpalestina será imposible".

Según él, Hamas, originado en los Hermanos Musulmanes, cuya rama egipcia es el principal grupo de oposición al regimen de Mubarak, "se ha vuelto hacia Irán" debido a la desconfianza que le ha mostrado El Cairo.

"Las divisiones palestinas hacen el juego a Israel pues la ausencia de una dirección palestina unificada le sirve de pretexto para no ceder nada" en las negociaciones de paz, añadió.

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