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El presidente turco confía en poder controlar la intentona golpista militar

  • Pasan a disposición judicial los oficiales detenidos el viernes por su implicación

El presidente turco Abdulá Gul confía en que su país supere la crisis provocada por el proceso sobre un presunto complot militar en 2003 contra el Gobierno islamista moderado, mientras otros sospechosos declararon ayer ante la Justicia. El viernes en la tarde, un tribunal de Estambul inculpó y encarceló a dos generales retirados, entre ellos Cetin Dogan, presentado como el presunto instigador de la conspiración.

Dogan, un general retirado, y el Estado Mayor conjunto de las Fuerzas Armadas se defendieron de las acusaciones y afirmaron que el plan publicado por la prensa daba cuenta de un procedimiento de entrenamiento como los que existen en cualquier ejército del mundo.

Si bien para numerosos intelectuales estas detenciones significan un avance en la democratización del país, la oposición denuncia "un golpe de Estado civil" y considera este encarnizamiento judicial como una artimaña del poder para debilitar a los defensores del laicismo.

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