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El presidente iraní ordena producir uranio altamente enriquecido

  • La decisión supone un reto casi definitivo a las potencias occidentales días después de que se hubiera producido un 'acercamiento' de posturas · Las sanciones contra Teherán se hacen inevitables

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ordenó ayer el inicio de la producción de uranio altamente enriquecido, ante la falta de acuerdo para un intercambio de combustible nuclear con las grandes potencias, acusadas de "jugar" con Irán en estas negociaciones. Ahmadineyad hizo este anuncio pocos días después de haber afirmado que Irán no tenía "problemas" para aceptar un eventual intercambio.

"Yo había dicho: demos (a las grandes potencias) dos a tres meses (para cerrar un acuerdo sobre intercambio de uranio), y si no están de acuerdo, empezaremos nosotros mismos" a producir uranio altamente enriquecido, declaró Ahmadineyad al inaugurar una exposición dedicada a la tecnología laser.

"También dijimos recientemente: hagamos un intercambio (de uranio iraní débilmente enriquecido por combustible enriquecido a 20% por las grandes potencias), aunque somos capaces de producir uranio a 20%", explicó el presidente iraní.

"Pero (las grandes potencias) empezaron a jugar con nosotros, aunque enviaran mensajes diciendo que querían encontrar una solución", agregó.

"Ahora, Dr. Salehi, empiece a producir uranio (enriquecido) a 20% con nuestras centrifugadoras", dijo el presidente Ahmadineyad, dirigiéndose al jefe de la Organización iraní de Energía Atómica (OIEA), Ali Akbar Salehi, presente junto a él en la sala.

La comunidad internacional sospecha que la República Islámica trata de dotarse del arma nuclear bajo pretexto de un programa nuclear civil. Irán ha desmentido siempre esas acusaciones.

La cuestión del enriquecimiento de uranio es el eje de ese diferendo, ya que el uranio débilmente enriquecido (entre 3% y 5%) es utilizado como combustible en las centrales eléctricas nucleares, pero con un enriquecimiento de 90% puede permitir fabricar una bomba atómica.

Ahmadineyad había anunciado a principios de diciembre que Irán produciría uranio enriquecido a 20%, que necesita para su reactor de investigación médica de Teherán, si las grandes potencias rehusaban entregárselo sin condiciones.

Irán rechazó en noviembre una propuesta hecha el 21 de octubre por el Grupo de los Seis (Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Gran Bretaña, Alemania) para el envío, en una sola entrega, de la mayor parte de sus reservas de uranio débilmente enriquecido a Rusia y a Francia, para ser transformado por esos países en combustible para su reactor de Teherán. Irán dio luego plazo hasta fin de enero a los Seis para que éstos aceptaran entregarle combustible con las condiciones fijadas por el gobierno iraní, es decir un intercambio simultáneo y por pequeñas cantidades.

Amenazado de nuevas sanciones internacionales por los Seis, Teherán parecía haber flexibilizado su posición en las últimas semanas.

El 2 de febrero, Ahmadineyad afirmó que "no había problemas" para un intercambio, aunque no dio precisiones sobre las condiciones del mismo.

Los Seis reaccionaron con desconfianza, pidiendo a Irán que "tradujera en actos sus palabras" mediante una contrapropuesta a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que aún esperaba tal propuesta, según su director, Yukiya Armano.

"La puerta sigue abierta a las discusiones, no la hemos cerrado", afirmó Ahmadineyad ayer, precisando empero que un eventual intercambio de combustible nuclear entre Irán y las grandes potencias debe ser "incondicional". El propio jefe de la Organización iraní de Energía Atómica, Ali Akbar Salehi, afirmó que todavía es posible un acuerdo.

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