Egipto

Las protestas siguen pese al anuncio de reformas

  • La firma de Mubarak para que un comité de magistrados y juristas reformule la Constitución no apacigua a los manifestantes, que persisten en pedir su dimisión con marchas masivas.

Decenas de miles de personas volvieron a acudir a la plaza Tahrir de El Cairo, al entrar en su tercera semana las protestas masivas contra el presidente egipcio, Hosni Mubarak, después de que éste aprobara la creación de tres comités para modificar la Constitución e impulsar las reformas.

Según anunció el vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, el presidente firmó el decreto para la creación de un comité integrado por 11 magistrados y otros juristas y presidido por Sirri Mahmud Siam, que se encargará de reformular la Constitución en las próximas semanas, cumpliendo así una de la exigencias más importantes de la oposición y de los manifestantes.

Entre los integrantes se encuentra el crítico de Mubarak Ahmed Kamal Abu al Magd. Los miembros del comité tienen a su vez derecho a llamar a otros expertos.

La reforma de la Constitución busca sobre todo flexibilizar las condiciones para que un candidato pueda concurrir a las elecciones presidenciales y limitar temporalmente el mandato presidencial. Hasta ahora, Mubarak era confirmado en el poder para periodos de seis años. Además, la oposición quiere que la Constitución recoja un mayor control electoral por parte de la Justicia. Algunos abogan incluso por invitar a observadores electorales para evitar la manipulación.

El segundo comité dará seguimiento a los acuerdos logrados con la oposición. Suleiman negoció el lunes con una amplia gama de grupos opositores, con los que acordó poner fin al estado de emergencia, ampliar la libertad de información en Internet y celebrar nuevas elecciones para aquellos escaños que son objeto de disputa en el Parlamento.

Suleiman también indicó que se está elaborando una hoja de ruta para un traspaso pacífico del poder con un calendario fijo.

En los próximos días también se creará un tercer comité para investigar los ataques lanzados el pasado miércoles por seguidores de Mubarak contra manifestantes antigubernamentales, que dejaron al menos 11 muertos. Suleiman dijo en la televisión estatal egipcia que Mubarak también prometió no perseguir a los que protestan o restringir su libertad de movimiento ni negarles el derecho a la libertad de expresión.

Según las primeras investigaciones, algunos de los supuestos defensores del régimen de Mubarak que atacaron a los manifestantes de la oposición eran criminales a sueldo, a quienes se les prometieron 5.000 libras egipcias (unos 850 dólares) y la anulación de sus cargos si conseguían disolver las protestas. Al parecer, otros eran funcionarios de la seguridad vestidos de civiles.

Mientras, Mubarak recibió al ministro del Exterior de los Emiratos Árabes Unidos, Sheij Abdullah bin Said al Nahjan, informó la emisora Al Arabiya. Los líderes de los Estados del Golfo están en general contra una rápida dimisión de Mubarak, al temer que ello podría desencadenar protestas de las oposición en sus propios países.

Pese a los anuncios de reforma, los grupos opositores convocaron una nueva marcha del millón para seguir exigiendo la dimisión de Mubarak, a lo que el mandatario se sigue negando, aunque prometió no presentarse a la reelección en los próximos comicios.

Numerosos manifestantes hacían fila para entrar a la plaza Tahrir (de la Liberación) en la capital egipcia, cuyos accesos controlaba el Ejército, mientras voluntarios civiles registraban a los manifestantes para asegurarse de que no portaban armas y revisar los documentos de identidad, tras los enfrentamientos de la semana pasada.

Entre los manifesantes había gente de todas las capas sociales, también muchas mujeres sin velo, mientras en la plaza se vendía té y comida. Además, los manifestantes que llegaban desde fuera de la plaza traían grandes bolsas de comida para repartirlos entre quienes no se han movido de ahí en los últimos días.

Además, tuvieron lugar protestas frente al cercano edificio del parlamento y fuera de las sedes de los diarios estatales, como el Rozal Yousef, algunos de cuyos empleados alegaron que los medios estatales incitaban la violencia contra los manifestantes al señalar que fueron pagados por gobiernos extranjeros para desestabilizar el país.

También en otras regiones de Egipto, como en Alejandría, prosiguieron las manifestaciones, mientras en otras partes de El Cairo y del país la vida vuelve poco a poco a la normalidad. Las escuelas y universidades internacionales anunciaron que reanudarán sus clases en las próximas semanas, mientras bancos y negocios abrieron por tercer día tras permanecer cerrados más de una semana. La Bolsa abrirá el domingo, pero con horario reducido.

Mientras, el gobierno egipcio no ha publicado aún información actualizada sobre el número de muertos en las protestas. Las últimas cifras publicadas hace casi una semana por el Ministerio de Sanidad hablaban de 77 muertos, entre manifestantes y miembros de las fuerzas de seguridad.

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