Guatemala vive sumergida en el esquema comunismo-anticomunismo de la Guerra Fría y con pecados capitales como la desnutrición infantil sin resolver, porque para muchos "los cambios son una ofensa", dice el presidente Álvaro Colom en una entrevista exclusiva.

A cinco semanas de las elecciones, que según encuestas marcarán el fin de la única experiencia socialdemócrata en seis décadas, Colom hace un balance mitigado de su gestión, identifica logros en educación, salud, y lucha contra el crimen, y su insatisfacción por lo pendiente en el combate a la pobreza.

Colom recibió para la entrevista en la Casa Presidencial, a la que se mudó tras el divorcio pedido por Sandra Torres para eludir el artículo constitucional que le impedía luchar por la sucesión, al ser familiar directa del jefe de Estado saliente. "¿Yo soy comunista?, ¡La gran chucha!, ¡Si yo soy verdaderamente moderado!", reaccionó con una dosis de humor el presidente de 60 años cuando recuerda las críticas.

"Aquí ven a un socialdemócrata y creen que es comunista. Todavía hay un analfabetismo político exacerbado. Hay un ejercicio no resuelto de armonía nacional, de empezar a ver más allá de un esquema de izquierda-derecha", advirtió.

Guatemala tuvo su anterior gobierno de izquierda, el de Jacobo Arbenz en 1951-1954, pero fue derrocado por una acción armada apoyada por Estados Unidos.

Al hablar del balance de su Gobierno, Colom destacó que "es importante en educación, en salud, haber retornado al principio constitucional de la gratuidad", pero subsiste el drama de la desnutrición infantil a lo que califica como "una cuestión estructural, es una situación de inequidad".

Después de tres años y medio ahora hay "un millón de niños más en las escuelas (...), hay 195 municipios (el país tiene 333) que no tenían servicios de salud las 24 horas. Ahora los tienen".

Pero las cifras oficiales sobre la pobreza aterran. En un país de 14 millones de habitantes, de 2,1 millones de niños menores de cinco años, la mitad sufre desnutrición crónica. El 15% de la población está en la pobreza extrema, y otro 36% en la pobreza.

"Por primera vez están localizados los niños severamente desnutridos por aldea, por casa. Deben faltar algunos, pero los que fueron localizados están siendo atendidos", afirmó.

"Pero no ha sido suficiente, hay mucho más que hacer. Es un problema que va a llevar años. (...) Resolver eso es que los hijos de estos niños no nazcan con desnutrición", sostuvo.

Al ser preguntado sobre la incidencia del cambio climático y las sequías a repetición en las pérdidas de cosechas y en hambrunas, el presidente no eludió responsabilidades. "Podemos poner muchísimas excusas, pero hay una razón de fondo: la desnutrición es una cuestión estructural, es una situación de inequidad".

Pese a todos los logros enumerados por el presidente, los sondeos coinciden desde hace meses en dar una ventaja de entre 25 y 30 puntos al general retirado derechista Otto Pérez. Colom explicó esto de forma contundente: "los cambios en Guatemala son casi una ofensa para los que viven de la impunidad, para los que viven sin reforma fiscal, para los narcotraficantes. Y yo tuve la habilidad de juntar en una misma cueva a todos esos especímenes".

Y para que no quepan dudas recordó además que "tres días antes de mi elección (en 2007) los periódicos publicaron que yo no ganaba (...). Lo delicado de jugar con los golpes de estado mediáticos es que no dan resultado. Yo soy una prueba de ello".

Sobre la lucha contra el narcotráfico en uno de los países más violentos del mundo, Colom evocó que durante su Gobierno se le decomisaron a los cárteles casi 12.000 millones de dólares.

"Es golpearles en la cartera, que es donde a ellos les duele", se entusiasma Colom, y se acomoda en su silla, detrás de la cual una estela maya en piedra, de varios cientos de años, domina la estancia.