Cultura

Adiós al maestro de la 'geometría religiosa'

  • El pintor Francisco Hernández falleció ayer a los 79 años de edad · El artista llegó desde Melilla a Vélez-Málaga con tan sólo 7 años

A Francisco Hernández le gustaba que le recordaran como una persona intensa. Visceral. Entusiasta, generoso y cordial. La mayoría de sus obras estaban marcadas por su profunda creencia en Dios. "Un tremendo misterio", decía sobre la religión el artista que precisamente se ha ido en Semana Santa. En Vélez-Málaga, y en la capital malagueña, son muchas las cofradías que cuentan con pinturas en sus estandartes o en sus carteles. Por eso, ayer estaban representadas en su capilla ardiente. Su última gran colección fue Culminada, que la conformaban "trozos de vida resueltos". El pintor lo dejó todo atado antes de despedirse.

Francisco Hernández, de 79 años, falleció ayer en Vélez-Málaga, ciudad de la que era hijo adoptivo. El artista había recibido el alta hospitalaria el pasado 8 de marzo después de permanecer ingresado durante dieciséis días por problemas respiratorios graves. Murió alrededor de las 9:00 en el domicilio en el que residía. Ésta fue la tercera estancia hospitalaria del pintor en menos de año y medio, ya que el pasado julio también estuvo una semana ingresado a consecuencia de una neumonía, y en octubre de 2010 pasó casi dos semanas en el hospital por una insuficiencia cardiaca, de la que se recuperó satisfactoriamente.

Francisco Hernández llegó desde Melilla a Vélez-Málaga con tan sólo 7 años. El destino de su padre como militar marcó el suyo y fue lo que hizo que nunca más se moviera de Torre del Mar. Tan sólo, como el recordaba, para viajar a las capitales europeas "para empaparse de las últimas vanguardias artísticas". Antes incluso de ingresar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, pintó para el altar mayor de la iglesia del Convento de Santiago de Vélez, el cuadro central y el friso. Tenía sólo 16 años. Un año antes se había atrevido a coger el pincel: su primer cuadro fue un autorretrato.

Tras estudiar en Madrid en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, centró su obra en la figuración, influenciado por pintores como Durero, Rembrandt o Picasso. En los años 70 su obra dio un giro surrealista, aunque sin abandonar las connotaciones religiosas presentes en toda su carrera, que al final también estuvo influida por el arte callejero de los grafitis. A su vuelta a Málaga en los años 60 pintó más de una docena de murales en las iglesias de toda la provincia. En 1998 colgó en la santa iglesia Catedral de Málaga el cuadro de La Anunciación, entonces era el único pintor en vida que tenía una obra en el principal templo de la ciudad. También realizó el diseño de sus vidrieras. Otro de sus lienzos está en La Zarzuela y la Crucifixión de San Pedro se quedó en el Museo de Arte Contemporáneo del Vaticano. Su exposición Auroras que presentó en las salas del Rectorado viajó en mayo hasta la sala de El Retiro por petición de la Comunidad de Madrid. En 1994 lo nombraron Hijo Adoptivo de Vélez-Málaga, y cinco años después, le otorgaron el Escudo de Oro de la ciudad. Durante 2011, el Ayuntamiento, junto a otras instituciones y colectivos sociales y culturales del municipio y la provincia, habían solicitado que se le concediese la Medalla de Andalucía por su trayectoria artística. Como artista era un hombre disciplinado y honesto. Le gustaba hablar de abismo y de entrega. Amaba por encima de todo la cultura mediterránea grecolatina y la iconografía religiosa. Su obsesión por la geometría la explicaba como un juego de "ingeniería extraordinaria" que permitía "un lenguaje universal". Hernández, quien había creado un sello propio en sus obras, le gustaba recordar que Salvador Dalí dijo que "después de él, el mejor dibujante que existía era un chico de Málaga, un tal Hernández".

El alcalde de Vélez-Málaga, Francisco Delgado Bonilla (PP), lamentó en declaraciones el fallecimiento del pintor, que "supone una terrible pérdida para Vélez y para el arte, pues se trata de uno de los pintores más importantes del siglo XX y de uno de los mejores dibujantes contemporáneos". Delgado Bonilla avanzó que el Ayuntamiento decretará tres días de luto oficial y ha anunciado que la capilla ardiente se instalará este jueves en el Centro de Estudios sobre el Exilio y que, en principio, el entierro está previsto para este próximo viernes en el cementerio municipal.

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