En muchas ocasiones los sueños son poco más que eso. Y hay quien hubiese preferido no descubrir que la realidad es otra a la que esperaban. Ni Europa es tan bonita como creen en la pequeña aldea donde vive Marem, una niña bailarina de 14 años de Senegal. Ni África es tan mágica como creía Sonia, una española también amante del baile atraída por las raíces del continente negro.

Ambas son las protagonistas de Princesa de África, un documental de Juan Laguna que se adentra en las ilusiones de las dos mujeres y en el universo del hombre que las une Pap Ndiaye, padre de Marem y marido de Sonia. Ambas se desilusionan en sus viajes a los espacios lejanos. "Sonia choca de frente con las otras dos mujeres de Pap (en Senegal se permite la poligamia) y Marem ve que la imagen que hay su país de Europa no existe: aquí también hay pobreza, miseria, violencia...", cuenta Laguna.

Y el hombre se encuentra en el eje de la cuestión. Es la razón de todas las mujeres que hay a su alrededor, pero también el que menos habla en el documental. "Él tiene cosas interesantes que contar, pero lo que realmente es importante es, por ejemplo, la opinión de Sonia o de las otras dos mujeres senegalesas entorno a la poligamia", añade el director de Princesa de África. La película recurre no sólo a la imagen mística de Senegal en su historia, sino que también juega con la acuarela para darle un toque especial a la película, a la que se ha unido en el último tramo la cantante y actriz española Bebe, que colabora junto a Cheikh Baye Fall en el tema principal de la banda sonora, How, how, how.

El documental se vio ayer por primera vez en España dentro de la Sección Oficial a concurso del Festival de Cine de Málaga y hoy podrá verse de nuevo a las 22:00 horas en la Sala del Rectorado de la UMA. "La verdad es que me ha gustado mucho que se pueda ver aquí. Tenemos una película muy real, fantástica y casi onírica y nos gustaría mucho que la gente la viese", concluye Laguna.