65ª Mostra de venecia Jornada sin estrellas marcada por el cine de compromiso social

La sabiduría de Agnès Varda y la juventud de Anne Hathaway animan Venecia

  • La directora presenta un documental y la actriz protagoniza una película de Jonathan Demme

Dos mujeres de cine, Anne Hathaway y Agnès Varda, insuflaron ayer nuevos bríos al Festival de Venecia con las películas que trajeron hasta el certamen italiano. La estrella de Hollywood contentó al personal con Rachel Getting Married, la gran dama de la nouvelle vague entusiasmó con Les plages d'Agnès.

La actriz que se midió con Julie Andrews -Princesa por sorpresa- y se enfrentó a Meryl Streep -El diablo viste de Prada- ha decidido afrontar papeles más oscuros guiada por Jonathan Demme, quien la escogió para interpretar a una joven ex drogadicta con una vida familiar traumática. Hathaway comentó que este ha sido hasta hora su papel más complejo. "Fue muy divertido interpretarlo", aseguró la actriz, uno de los rostros de la temporada con Get Smart y que este mes estrena también Passengers, nuevo filme de Rodrigo García.

Rachel Getting Married es un melodrama en el que Hathaway afrontará sus fantasmas intentando reconciliarse con su hermana -Rosemarie DeWitt- y haciendo frente a su madre, encarnada por Debra Winger.

Aunque la trama se desarrolla en una familia disfuncional, con los invitados a la boda, Demme muestra una sociedad multicultural unida. "Ésta es la América con la que siento una profunda conexión", aseguró el realizador, quien recientemente apoyó la candidatura de Barack Obama.

Demme viene cultivando con éxito el documental y el año pasado se llevó de Venecia el premio de la crítica por Jimmy Carter Man from Plains. Ahora ha querido trabajar con ese tono en esta ficción que evoca el estilo de Robert Altman apoyándose en un guión de Jenny Lumet, la hija del director Sidney Lumet. El director de Philadelphia señaló que había intentado ser lo más "dogma" posible, en referencia a la corriente danesa en la que la que se reivindica el naturalismo tanto desde el plano actoral como técnico.

Demme, ganador de un Óscar por El silencio de los corderos y el próximo presidente del jurado del Festival de San Sebastián, compite por el León de Oro con esta cinta en la que la música no es sólo un componente que se añade en la postproducción, sino que casi forma parte de la trama. El director ha contado para ello con músicos amigos como el británico Robyn Hitchock o la jamaicana Sister Carol East. Si Hathaway y Demme representan el mundo de Hollywood, en las antípodas de ese cine hay que situar a la realizadora Agnès Varda, una octogenaria que en lugar de sentarse a escribir su biografía ha preferido regalar al espectador un emocionante recorrido por sus recuerdos con Les plages d'Agnès, un documental que rebosa vitalidad y alegría de vivir. "Quería mostrar a mis amigos y parientes mis memorias. Este documental es el deseo de una anciana, no de una mujer que se está muriendo", afirmó Varda.

La mente privilegiada de esta mujer que se abrió camino en un mundo de hombres porque -según contó- nunca llegó siquiera a plantearse que el cine era una cosa sólo para hombres, contó que hizo esta película utilizando las mismas técnicas que ha estado empleando durante los últimos 50 años. En el documental se repasan recuerdos de infancia, su matrimonio personal con el director Jacques Demy (Los paraguas de Cherburgo), sus hijos, sus inquietudes políticas y también sus películas. Varda explicó que recorre además las playas que han sido escenario de su vida porque para ella la playa es "una fuente de energía e inspiración". "Las montañas son ridículas, una es más alta que la otra. La vida no es una subida a la cima", afirmó.

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