Cultura

Andrzej Wajda presenta en la Mostra su película sobre la forja del mito de Lech Walesa

  • El director mostró fuera de concurso 'Walesa, man of hope', una obra de tinte documental

El veterano cineasta Andrzej Wajda presentó ayer fuera de concurso en la Mostra de Venecia Walesa, man of hope, una película con tintes documentales en la que retrata cómo se forjó el mito de Lech Walesa, un "héroe de su tiempo", que, por suerte, ya no es necesario. "Walesa llevó la libertad a Polonia y provocó la caída del muro de Berlín", resaltó en rueda de prensa Wajda, de 87 años, especialmente satisfecho de la que calificó como su película "más difícil" y en cuyos hechos históricos participó.

El realizador fue una de las personas que se acercaron a los astilleros de Gdansk cuando en 1970 comenzó la huelga que lideraría Walesa y que sería el germen de todo el movimiento libertario y sindical en su país. "Yo fui el primero que le pregunté qué pasaría si llegaban los tanques soviéticos" como respuesta al movimiento de huelga. "Walesa tuvo una gran seguridad, sin tener ninguna información, al decir rotundamente que no", declaró.

Walesa entendió rápidamente que los tanques rusos no irían a Polonia y que las autoridades polacas no podrían hacer nada con el chantaje que trataron de aplicar en un primer momento a los obreros. El líder sindical entendió que la única forma era negociar e ir paso a paso. Con su actitud "provocó la caída del muro de Berlín", un hecho que produjo una "gran satisfacción" a Wajda. El filme comienza precisamente en 1970, cuando la policía carga contra obreros que protestan por sus condiciones laborales y su bajo salario. La huelga que se convocó a continuación dio paso al movimiento de Solidaridad que se extendió a todo el país.

"Walesa creó una opinión que fue aceptada por 10 millones de personas" que sufrían esos problemas y que se unieron a Solidaridad. Tomando como base la famosa entrevista que la periodista Oriana Fallaci realizó a Walesa en 1980, Wajda pone en pie un relato sobre un hombre que decidió pasar al liderazgo porque nadie más quería hacerlo y que tuvo un gran apoyo en su mujer, Danuta. "Independientemente del personaje de Walesa, lo difícil era encontrar la forma de hablar de un periodo tan importante, cómo empezar y acabar el relato", dijo el realizador.

Y tras desechar la idea de contar la historia desde el punto de vista de la mujer, Wajda fue construyendo la película durante el rodaje, con una estructura en la que salpica la narración con imágenes reales que se funden en ocasiones con la ficción. Las entradas y salidas de Walesa de la cárcel, su actitud irredente frente a los policías, su relación complicada con sus compañeros de Solidaridad, pero sobre todo, su relación con su mujer, a la que interpreta Agnieszka Grochowska.

Grochowska, que supera con creces a Robert Wieckiewicz, que realiza una interpretación casi caricaturesca de Walesa, destacó en la rueda de prensa que se trataba de una pareja de personas "verdaderamente libres", algo muy difícil de encontrar en aquel momento en Polonia. Esa libertad de pensamiento queda muy bien reflejada en una película a la que le falta la visión exterior de la figura de Walesa y que se queda corta en el uso del material histórico del que Wajda disponía. Apenas unas imágenes del entierro del líder soviético Leónidas Breznev, de la sala en la que la mujer de Walesa recibió en su nombre el Premio Nobel de la Paz en 1983 o del discurso que pronunció ante el Congreso de Estados Unidos en 1989, poco antes del fin del comunismo en Polonia y un año antes de convertirse en el primer presidente electo del país. "Ninguna otra persona podría haber hecho" lo que hizo Walesa, aseguró convencido Wajda, que considera que en aquel momento, en 1970, las autoridades sabían que eran los obreros los únicos que podían poner en peligro el sistema.

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