Cultura

Antesala para un verano en pantalla grande

  • 'La familia' de Ettore Scola abre mañana la nueva programación de la Filmoteca del Albéniz, por la que desfilarán Murnau, Huston, Visconti o Fassbinder

Después de un parón bastante más largo de lo habitual (Festival de Cine incluido) en el que alguno se preguntaba ya qué diantre pasaba con la Filmoteca, la programación de cine clásico del Albéniz regresa con una nueva remesa de títulos imprescindibles a partir de mañana jueves. La cita con el séptimo arte en mayúsculas presenta once títulos significativos hasta el 28 de julio (como siempre, cada jueves en el cine de la calle Alcazabilla, con entrada general a 5 euros y bonos para cinco entradas a la venta por 20) entre los que, de nuevo, hay de todo, si bien se advierte una especial mirada a las luminarias del cine independiente estadounidense de las últimas décadas. La Filmoteca regresa, por tanto, y lo hace con las normas habituales: proyecciones en versión original subtitulada y con copias restauradas en formato de 35 mm para satisfacer los gustos de los gourmets más exquisitos; ésos que, gracias a la Filmoteca del Albéniz, cada vez son menos extraños en Málaga. De hecho, tal y como recordaron ayer fuentes municipales, por el ciclo han pasado desde su puesta de largo en 2012 más de 14.000 espectadores, lo que justifica de largo (y por mucho tiempo) el mantenimiento de la oferta dentro de las actividades que el Festival de Cine de Málaga celebra durante todo el año. Más aún, la titularidad pública del Albéniz ha convertido a la Filmoteca en una rara avis entre las ciudades españolas comparables con Málaga en volumen y alcance. Su vuelta entraña así un motivo razonable de felicitación.

La película encargada de abrir fuego será mañana jueves La familia (1987), uno de los títulos mayores de Ettore Scola, retrato (con el gran Vittorio Gassman al frente) transgeneracional y sentimental de la burguesía italiana que afrontó, sufrió y se sobrepuso a la Segunda Guerra Mundial. El día 19 llegará el turno del primer filme sonoro de F. W. Murnau, City girl (1930), conocido en España como El pan nuestro de cada día y adaptación a la postre de una obra teatral de Elliott Lester que resultaría casi testamental en la filmografía del realizador alemán en EEUU. Los amantes del cine fantástico tienen una cita del altura el 26 de mayo con un hito de la ciencia-ficción, Viaje alucinante (1966), exploración a la manera cósmica en el interior de un cuerpo humano dirigida con tino por Richard Fleischer y con Stephen Boyd y Raquel Welch en el reparto.

El cartel de junio empieza el día 9 con una de las mayores películas del género pugilístico, Fat city (1972) de John Huston, con un Stacy Keach en estado de gracia (Marlon Brando dijo no a cuenta de El padrino) y un jovencísimo Jeff Bridges en su primer papel protagonista. Pero para clásico de altura el que firmó Buster Keaton con Siete ocasiones (1925), el único título mudo de la nueva programación de la Filmoteca, comedia agridulce en torno a las desventuras, tristemente anticipatorias, de un corredor de bolsa en apuros, que podrá verse el día 16. El 23, el protagonista será un viejo conocido de la Filmoteca del Albéniz, Jean-Luc Godard, con El desprecio (1963), asombrosa y polémica adaptación de la novela de Alberto Moravia protagonizada por Brigitte Bardot, Michel Piccoli y Jack Palance. Cerrará el menú de junio un clásico del cine reciente, Smoke (1995) de Wayne Wang, conmovedora carta de amor a Nueva York con Harvey Keitel, William Hurt y Forest Whitaker.

Y para julio, bien entrado ya el verano, la Filmoteca se reserva otros cuatro títulos: el día 7 no habrá mejor plan para celebrar San Fermín que con Senso (1954) de Luchino Visconti, ejemplar luminosa del melodrama histórico; el 14 llegará el turno de Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972), la obra maestra de Fassbinder; el 21 campará otro último clásico americano, La trama (1997) de David Mamet; y concluirá la historia el 28 con otro regalo para nostálgicos, El expreso de Shangai (1932) de Sternberg. Nada como Marlene Dietrich, al cabo, para tomar aire antes de agosto.

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