Cultura

El 'Calígula' de L'Om-Imprebís abrirá la temporada del Echegaray en octubre

  • El montaje, que se estrena hoy en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, llegará a Málaga los días 30 y 31 del próximo mes como primer espectáculo del curso del recién restaurado escenario de la capital

Decididamente, hay noticias que se escriben con más alegría que otras. Dar cuenta de una representación escénica ya confirmada para el Teatro Echegaray, que cerró sus puertas en 2001 cuando sólo funcionaba como cine para una reforma que no empezó hasta tres años después y culminó hace unos meses, es un motivo de satisfacción por cuanto significa para la vida cultural malagueña. Y así es: los próximos 30 y 31 de octubre, la compañía valenciana L'Om-Imprebís representará ante las 300 butacas del aforo del teatro nada menos que el Calígula de Albert Camus en la que será la primera función de la temporada del ya recuperado espacio. Para unos días antes, sin embargo, el Ayuntamiento ha contratado la puesta en escena de un espectáculo especial que servirá de inauguración oficial y cuya naturaleza se presentará en breve. El Calígula, tal y como explicaron ayer a este periódico fuentes de la compañía L'Om-Imprebís, servirá de pistoletazo de salida al primer curso normal del Echegaray, en el que se darán cita diversas expresiones contemporáneas de las artes escénicas, montajes de carácter alternativo y propuestas locales.

El Teatro Echegaray abrirá sus puertas como centro dependiente del Teatro Cervantes, después de que el Ayuntamiento estudiara la opción, finalmente desestimada, de ceder su gestión a manos privadas. El equipo de Charo Ema, con especial relevancia del director de producción Miguel Gallego, ha sido por tanto el responsable del diseño de la temporada del nuevo espacio y de su contratación, por lo que, tal y como se esperaba, su programación supondrá una vía de oxígeno para un masificado Cervantes, que cada vez tiene más dificultades para programar teatro fuera de su Festival Internacional. Un buen ejemplo es este Calígula, un montaje dirigido por Santiago Sánchez que devuelve a las tablas la obra escrita por Albert Camus entre 1937 y 1938 y estrenada en 1945 en París, donde fue celebrada como el alegato antifascista que es. Con un elenco de doce actores encabezado por Sandro Cordero en la piel del terrible dictador (papel en el que sucede al todavía recordado José María Rodero y a Luis Merlo, entre otros) y un grupo de músicos que actúan en directo y en la escena durante la representación, esta lectura de Calígula lleva la impronta de la violencia, la tiranía y la depravación, pero también de la concupiscencia. Sin embargo, la versión de L'Om-Imprebís queda lejos de la estética bizarra que popularizó la película erótica de Tinto Brass; predomina, por contra, la visión de Camus, que con sólo 23 años volcó en su texto un torrente prefigurador del existencialismo sobre un hombre joven que sueña con hacer posible lo imposible y que no comprende por qué los hombres mueren y no son felices. Su terrible lógica, y la aplicación de la misma, lo convirtieron en uno de los verdugos más siniestros de la Historia, personificación ideal para Camus de los totalitarismos del siglo XX.

Con la apertura de la temporada del Teatro Echegaray arranca una historia y concluye otra: la de la reforma del propio teatro iniciada por el arquitecto Francisco Peñalosa, quien falleció en agosto del año pasado sin llegar a ver acabado su proyecto más deseado. Su hijo Borja y Salvador Moreno Peralta continuaron la dirección de los trabajos, para los que se invirtieron 7'2 millones de euros y que sufrieron serios retrasos por los restos arqueológicos hallados en el suelo, finalmente cubiertos tras ser rechazadas diversas propuestas de integración. Ahora sí, por fin: arriba el telón para el Echegaray.

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