Cultura

Un Carlos Álvarez como en casa

Programa: Obras de Carlos Guastavino, Astor Piazzolla, Miguel Ortega, Ralph Vaughan Williams, Gerald Finzi, Ennio Morricone, Richard Rodgers, Nicholas Brodzsky y Mitch Leigh. Voz: Carlos Álvarez. Piano: Rubén Fernández Aguirre. Lugar: Teatro Cervantes. Fecha: Domingo, 3 de marzo. Aforo: Casi lleno.

La vuelta de Carlos Álvarez al Teatro Cervantes, escenario en el que, hace ya más de veinticinco años, daba los primeros pasos de la fulgurante carrera que le ha consolidado como una de las grandes voces del panorama lírico internacional, es siempre un acontecimiento. Profeta en su tierra, y allá donde vaya, el barítono malagueño ofreció ayer, acompañado por el pianista Rubén Fernández-Aguirre, un recital atípico -"amable", en palabras del propio Álvarez-, en el que mostró su versatilidad en registros distintos a los habituales. Las canciones de Carlos Guastavino, Miquel Ortega, Ralph Vaughan Williams y Gerald Finzi, así como algunos temas clásicos del musical, formaban un repertorio tan personal como alejado de convencionalismos.

El ciclo Flores argentinas (con unos bellísimos textos de León Benarós) y dos Canciones populares de Guastavino centraron la casi totalidad de la primera parte del recital, que completaban una versión para piano solo del Verano porteño de Piazzolla y dos composiciones del director y compositor barcelonés, Miquel Ortega, presente en el auditorio. Cantada íntegramente en español, esta primera parte recreó un lenguaje romántico, accesible y enormemente sensual que, a medida en que avanzaba el recital, iba adquiriendo un mayor expresividad e intensidad dramática.

Dos extraordinarias canciones de Ortega para textos de W. B. Yeats y Shakespeare, que casaban a la perfección con las obras de Vaughan Williams y Finzi, abrieron la segunda parte. La inclusión en el programa de dos de los máximos exponentes de la canción inglesa de este siglo constituyó todo un detalle de finezza. La muestra, breve pero significativa, de esta importante tradición liederística fue muy bien recibida por el público, que agradeció entusiasmado la interpretación, llena de matices y colorido, de las dos piezas de Finzi, Come away y It was a lover.

Una serie de grandes clásicos del musical, que en su día hicieran populares las voces de Mario Lanza o el mismísimo Sinatra, resultaron ser un brillante colofón, con un Carlos Álvarez exultante. Fuera de programa, y en una emotiva despedida que puso en pie al Cervantes, interpretó la canción con la que Nino Casella despide a su madre, para cerrar con L'ultima canzone de Francesco Paolo Tosti.

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