Cultura

Cautela para cazar al oso

  • La pérdida de visitantes en el Carmen Thyssen y la ligera subida en el CAC invitan a la prudencia ante la inminente llegada de los nuevos museos a Málaga

Hace justo ahora un año, y como corresponde, los museos lanzaban sus balances de visitantes relativos a 2013. El panorama prefigurado entonces revelaba hasta qué punto la naturaleza museística de Málaga resulta propia y singular respecto al resto de España: mientras el Museo del Prado perdía un 15% de visitas, el Museo Guggenheim de Bilbao un 8% y el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid un 25%, el CAC ganaba 55.000 visitantes hasta superar los 460.000, el Museo Carmen Thyssen equilibraba el annus horribilis que significó 2012 con 34.000 usuarios más y, tal y como se pudo saber algo más tarde, el Museo Picasso superaba su récord con 406.000 visitas a la salud de su décimo aniversario. Con estos datos, servidos en bandeja poco antes del anuncio de la construcción del Centro Pompidou, la apuesta por los museos de la que hacía gala Málaga parecía más que justificada. Sin embargo, los datos ya confirmados en cuanto a 2014 enfrían un tanto esta expectativa e invitan a la cautela muy pocos meses antes de la inauguración del Centro Pompidou y del Museo Estatal Ruso. La primera lección que cabe extraer es de perogrullo, pero nunca está de más recordarla: los nuevos museos lo tienen todo a favor para atraer a muchos visitantes, pero alcanzar las previsiones, de las que daremos cuenta después, no será precisamente fácil.

En el pasado 2014 las distinciones ya no fueron tan evidentes y la afluencia a los museos malagueños presentó una tendencia similar al cómputo nacional, marcada por la irregularidad. El Guggenheim de Bilbao corrigió los malos resultados de 2013 con 80.348 visitantes (un 8,6%) más hasta superar por poco el millón, según los datos facilitados ayer por el museo. También el Museo del Prado ganó un 7,65% de visitantes hasta algo más de 2'5 millones, aunque el Museo Thyssen-Bornemisza prácticamente igualó las cifras de 2013 (lo que no deja de resultar delicado, ya que entonces perdió un 25% de visitantes respecto a 2012) con algo menos de un millón de usuarios. Los peores registros corresponden al Reina Sofía, con 2.673.745 de visitantes respecto a los 3.184.640 de 2013; una caída previsible después del gran éxito que significó la exposición dedicada a Dalí, pero que no deja de resultar, cuanto menos, merecedora de especial atención.

En Málaga, de este modo, el balance museístico de 2014 es también desigual. El mejor dato parece ser el que aún está por concretar: el Museo Picasso hará públicos sus registros dentro de un par de semanas, pero ya el consejero andaluz de Cultura, Luciano Alonso, anunció el mes pasado que todo apunta a otro récord con una nueva superación del listón de los 400.000 visitantes. La cosecha del CAC también reviste un saldo positivo, con 31.654 visitantes (un 6,8%) más que en 2013, hasta un total de 495.417; pero resulta llamativo que en 2013 la subida respecto a 2012 fuera muy superior, de 55.000 visitantes, a pesar de que en este 2014 el centro haya acogido exposiciones tan propicias del favor del público como las dedicadas a Marina Abramovic, El Roto y Marc Quinn. También conviene destacar que el verdadero motor de este incremento viene de la mano de las actividades culturales (conciertos, conferencias, presentaciones de libros, proyecciones de películas), cuya afluencia ha crecido un 81,7%, y no tanto de las exposiciones, cuyo público aumentó únicamente un 2,7% (con acceso gratuito). La nota negativa viene del Museo Carmen Thyssen, que si en 2013 ganó 34.523 visitantes hasta recibir algo más 154.500, ahora acaba de cerrar 2014 (tal y como informaron ayer fuentes de la pinacoteca) con poco más de 150.000, lo que se traduce en unas 4.000 visitas menos. Las mismas fuentes señalan que el registro supera el de las previsiones del propio museo, que se estimaban a finales de 2013 para el año siguiente en 145.000; pero no puede decirse que el programa expositivo, centrado en la muestra Del paisaje naturalista a las vanguardias, la dedicada a Darío de Regoyos y la actual Casas-Rusiñol, además de la colección permanente, haya contribuido como merecía al tirón que el Museo Carmen Thyssen necesitaba (y necesita) para su consolidación.

Málaga se prepara para inaugurar en los próximos meses el Centro Pompidou en el Cubo del Puerto y el Museo Ruso en Tabacalera, con unas previsiones de 250.000 y 150.000 visitantes anuales respectivamente (ayer mismo, por cierto, se garantizó en la junta de gobierno local vía anexo en protocolo la exhibición exclusiva de las obras del Museo Ruso en Málaga). Sin embargo, por más que el Ayuntamiento haya avalado estas expectativas con informes detallados, cabe recordar que el mismo vaticinó una afluencia de 120.000 visitas anuales al Museo Automovilístico (también en Tabacalera), cuando los registros apenas han superado los 45.000 visitantes (y con compra de entradas por parte del Consistorio hasta por 200.000 euros); y que también las primeras previsiones del Museo Thyssen fueron mucho más elevadas de lo que la afluencia dio después de sí. Con todo lo que hay en juego, será mejor apelar a la cautela. Y asegurarse de que el oso está cazado.

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